El Café Luz Negra, en Millenium Plaza, en San Salvador, fue el escenario perfecto para que el talento joven, y también el de más experiencia, brillará con su propia luz en el evento «Coloquio y Lectura: El cuento salvadoreño contemporáneo», un espacio para convertir la nueva narrativa de la literatura nacional.
Con un aforo total en dicha localidad, los escritores salvadoreños deleitaron al público con lecturas de sus obras y compartieron con los asistentes un espacio para conversar y debatir ideas, conectando mundos, ideas y realidades con el suave y colorido hilo del arte de las letras.
El evento fue moderado por el escritor Alberto Pocasangre y la escritora y tallerista Vanessa Núñez, quien también patrocinó la velada gracias a la iniciativa de sus talleres culturales. Los escritores participantes fueron: Mario Quiñónez, Ricardo Hernández Pereira, Nancy Gutiérrez, Gabriel Velásquez y Patricia Lovos, todos publicados por Índole Editores y Editorial Ojode Cuervo.
«Soy un escritor que va de lo que ve y necesita decir. Mi forma de escribir es meticulosa, adjetival y, casi siempre hay una fruta, un personaje del ayer y hoy o una situación hasta fantástica por explorar. Mi próximo libro tiene la misión de que los lectores conecten con objetos que a simple vista están inertes, pero con tanto que decir», señaló Mario Quiñónez.
«Disfruto la poesía, y las imágenes poéticas se cuelan en mis textos, creo que más que definir si el texto es poesía o es cuento, lo que me interesa es que el texto provoque algo en quien lo lee», detalló la escritora Nancy Gutiérrez.
«Creo que se está escribiendo mucho y muy bien, y que las publicaciones o premios irán saliendo de algún modo. Me gustaría pensar que la calidad será cada vez más alta; aunque esto dependerá, por supuesto, de cuán exigentes y honestos seamos en el oficio, y si dejamos la vida en cada libro que escribimos», puntualizó Ricardo Hernández, otro de los talentos participantes.
Dentro de los temas que se abordaron en la conversación entre escritores, y también con los asistentes al evento, destacaron las generaciones de autores, el ego en el escritor, la necesidad urgente de espacios para dignificar a la escritura y la apuesta de empresas u organizaciones en apoyar a patrocinar eventos de ese tipo de envergadura.
Al final, los asistentes realizaron una serie de preguntas e inquietudes sobre el proceso creativo en la escritura y temas de interés como el acceso a libros nacionales, la importancia de una difusión (no cultural) sino que propositiva en el catálogo nacional.