Los datos sobre la votación presidencial —según el acta del escrutinio final que publicó el Tribunal Supremo Electoral en X— son que el candidato Nayib Armando Bukele Ortez alcanzó 2,701,725 votos, luego de procesar todas las actas superó la votación de 1,434,856 de la elección de 2019, con la que ganó la presidencia, lo cual es equivalente al 84.7 % de los votos válidos para las elecciones de 2024.
En el segundo lugar en la votación se ubicó el candidato Manuel Flores, del partido FMLN, con 204,167, equivalentes al 6.40 % aproximadamente de los votos válidos, es decir, el presidente electo en las elecciones 2024, Nayib Bukele, superó de manera arrasadora a su más cercano perseguidor con 10 veces más de votación a escala nacional; seguido por Joel Sánchez, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), con 177,881 (5.57 %); Luis Parada, de Nuestro Tiempo, con 65,076 (2.04 %); José Javier Renderos, de Fuerza Solidaria, con 23,473 (0.74 %); y Marina Murillo, de Fraternidad Patriota Salvadoreña, con 19,293 (0.60 %). Así, el conjunto de la oposición recolectó el 15.35 % de los votos.
Desde el inicio del Gobierno del presidente Nayib Bukele y el lanzamiento de su estrategia Plan Control Territorial (PCT) fue evidente el rechazo a los partidos de oposición, desde las opiniones políticas y mediáticas. Los partidos con representación en la Asamblea Legislativa bloquearon, rechazaron y atacaron el financiamiento; a pesar de que ya desde junio hasta diciembre de 2019 existían evidencia e indicadores de que la estrategia estaba generando resultados inéditos en la seguridad de El Salvador. Pero lo más lamentable es que nunca presentaron indicadores o lecturas técnicas, ni opiniones con argumentos técnicos criminológicos; fueron de lo absurdo a lo burdo; tampoco contrataron profesionales que los ilustraran sobre la estrategia del PCT que les pudo haber proporcionado información para modificar su conducta y posicionamientos.
Luego vendría la pandemia por la COVID-19 y dijeron que las mejoras eran porque la población estaba encerrada, incluyendo a los delincuentes. En 2021 y 2022, con la economía y la actividad comercial en desarrollo, el Gabinete de Seguridad y la Fiscalía General de la República (FGR) mejoraron nuevamente los indicadores, y cada año se convertía en el mejor año en cuanto a indicadores y logros. Desde el 27 de marzo de 2022 se implementó y aprobó el régimen de excepción, el cual se mantiene vigente por medio de 23 prolongaciones. Los resultados, 2023 logró ubicarse como el año con la menor tasa de violencia homicida en Latinoamérica con 2.4 por cada 100,000 habitantes y, en mi opinión, por el seguimiento a la violencia homicida en el continente se ha superado a Canadá, que ha decidido no publicar su tasa de homicidios hasta finales del presente año. Será cuestión de meses para confirmar o leer que Canadá publica una tasa igual a la de El Salvador, con una tendencia consecutiva al alza de los homicidios para el país de la hoja de maple.
Son los resultados, es la evidencia, el testimonio en las comunidades, que además generó una amplia percepción de seguridad, que nueve de cada 10 personas consultadas aprueban la estrategia y los planes de seguridad. Estos aspectos han brindado la categórica victoria. La población que asistió a las urnas brindó un sí, una aprobación, un mensaje de queremos que se mantenga y mejore la estrategia de seguridad PCT, incluso el presidente Nayib Bukele aprobó lo que puedo considerar un referendo de la población a sus políticas de seguridad, logrando una victoria en las urnas demoledora, pulverizante, así como lo son los datos, evidencia e indicadores del PCT.