Esta es una época de la historia de la humanidad en la que destacan los avances tecnológicos y en la que la información la tenemos en segundos con solo chasquear los dedos.
Y así como la sociedad se ha globalizado en muchas áreas del desarrollo humano, así lo han hecho también las enfermedades. Un ejemplo de estas son las que atacan el sistema inmunológico y hacen que la ciencia trabaje en vacunas o medicamentos que ayuden a superar los signos, los síntomas o los estragos que causan en el cuerpo para evitar un desenlace fatal.
A la clínica odontológica llegan pacientes con esta clase de enfermedades que alteran el sistema inmunológico, como el VIH, una alteración que es importante tratar inmediatamente después de que es diagnosticada, con el fin de tomar medidas preventivas para que las infecciones oportunistas no incrementen las lesiones que podrían complicar o poner en riesgo la salud del portador del virus.
Durante el tratamiento odontológico de estos pacientes es necesario asegurarse de que su sistema inmune está estable y, por lo tanto, que la respuesta ante una lesión será la esperada y que no se causará un daño sobreagregado.
Antes de atender a un paciente VIH positivo se debe incluir información valiosa, como la fecha de la primera prueba y las siguientes que confirmaron el diagnóstico, la medición de los CD4, la carga viral por medio de exámenes de laboratorio, el tipo de tratamiento farmacológico que recibe, si consume sustancias como tabaco y alcohol, entre otros.
Un paciente con el sistema inmune alterado debe acudir a la clínica odontológica para recibir el tratamiento preventivo que incluya limpieza dental, evaluación de los tejidos bucales para identificar lesiones que podrían poner en riesgo la salud a largo plazo y sellantes en las piezas que tienen fosas y fisuras profundas para evitar la infección por caries.
Cuando a un paciente con esta enfermedad se le tengan que hacer rellenos o algún tratamiento más invasivo en el que haya que colocar anestesia o cortar algún tipo de tejido, se prefieren las restauraciones con ionómero de vidrio, por su biocompatibilidad con los tejidos, o el uso de materiales de fácil limpieza.
El hecho de que la persona sea VIH positivo no contraindica los tratamientos de endodoncia, prótesis y ortodoncia. La única recomendación es que el odontólogo tenga el equipo adecuado para hacer el tratamiento en tiempo óptimo.
Como la infección podría causar problemas de coagulación, el paciente debe ser valorado en su función hemostática; es decir, en su proceso de coagulación, por lo que necesitará una evaluación reciente de laboratorio para saber la cantidad y la calidad de células y de sustancias en la sangre que ayudan a formar el coágulo.
Si el paciente tiene las células de defensa bajas, se le puede colocar antibiótico antes de los procedimientos, lo cual debe ser avalado previamente por el médico tratante.
Recuerde que esta enfermedad se puede controlar y que las infecciones en la boca podrían causar un problema no solo en el lugar de la infección, sino en todos los tejidos del cuerpo.