Aunque es considerado como un grupo de «odio de derecha» por la organización Southern Poverty Law Center de Estados Unidos, los «Proud Boys», una de las estructuras que irrumpió el Capitolio el 6 de enero de 2021, aumentó su actividad en un 15 % y su participación en manifestaciones violentas subió en un 57 % durante ese mismo año, según el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados.
Aproximadamente el 25 % de todas las manifestaciones en las que participaron los Proud Boys se volvieron violentas en 2021, en relación con el 18 % en 2020. La investigación detalla que los movimientos sociales militantes están participando cada vez más en las protestas de derecha en general, «lo que genera oportunidades de reclutamiento y creación de coaliciones dentro de la red más amplia de activistas de derecha».
Con la presencia de las militancias es probable que cualquier evento se vuelva 12 veces más destructivo, advierte, pero ese no es el único dato alarmante del estudio, ya que la intervención de la policía en las manifestaciones ha ido decayendo. En lo que va de 2022, la presencia de las autoridades ha disminuído en un 5 % en todas las manifestaciones de este tipo, en comparación al 7 % un año antes o al 8% en 2020.
«La actividad nacionalista blanca y de supremacía blanca va en aumento, representando la mayoría de las protestas en las que participaron milicias a finales de 2021, y alimentando la propaganda fuera de línea y el vigilantismo fronterizo, incluida la movilización antiinmigración en la frontera con México», destaca el informe. Proud Boys, que nació en 2016 incluso ha sido catalogado como un grupo terrorista en Canadá en una lista anexada junto al Estado Islámico.
Southern Poverty Law Center, que se dedica a la identificación y erradicación de grupos extremistas, presentó su análisis al comité que investiga el ataque del Capitolio y detalló que esta invasión fue la culminación de años de activismo, la recaudación de fondos para apoyar sus actividades y la difusión de propaganda que justificaba sus actos de intimidación y violencia.
Además, indicó que sus miembros se consideran a sí mismos como soldados de infantería en una «batalla existencial contra insidias internas»
El 15 de junio, fue divulgado un documento al que Proud Boys denominó «1776 Returns» con toda su planificación para llevar a cabo la agresión con meses antes de anticipación y que tenía no solo como clave el edificio del Capitolio, sino otras instalaciones.
De acuerdo con medios de comunicación estadounidenses, en el documento se explican todas las tácticas que se debían implementar una vez sus miembros se apoderaran de las instalaciones, todo para impedir la ratificación electoral donde el exmandatario republicano Donald Trump perdió contra el ahora presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El líder del grupo de origen cubano, Enrique Tarrio, fue acusado de conspiración sediciosa por los hechos de ese 6 de enero, junto a los miembros: Ethan Nordean, Joseph Biggs, Zachary Rehl y Charles Donohoe, quienes están detenidos hasta que se realice el juicio.
Tarrio, aunque no estuvo presente en el Capitolio porque había sido arrestado dos días antes por quemar una bandera del movimiento antirracista «Black lives matter», sí fue uno de los participantes activos en el identificado «ministerio de autodefensa», que tenía como principal objetivo que evitar la ratificación de Biden como presidente de la nación.