La osa acusada de matar a un senderista en el norte de Italia es inocente, dijeron el jueves a la AFP defensores de los animales, asegurando que las marcas de dientes en la víctima demostraban que el agresor era un macho.
La osa de 17 años, identificada como JJ4, sospechosa de haber matado a Andrea Papi, de 26 años, el pasado 5 de abril, fue capturada dos semanas más tarde y transportada a un refugio especializado de alta seguridad mientras un tribunal de la provincia de Trentino, en el norte de Italia, decide si debe ser sacrificada o no.
«JJ4 es inocente», aseguró la asociación de protección de animales Leal.
Esta asociación, junto con otras de este tipo, presentó un recurso judicial contra la orden de sacrificio firmada por el presidente de Trentino, Maurizio Fugatti.
Entre los documentos que el tribunal debe examinar el 24 de mayo figura un informe forense redactado por Mattia Barbareschi, profesor de anatomía patológica en la universidad de Trento.
Encontró en la víctima marcas de mordeduras «que se caracterizan por una distancia entre ellas de unos 8 cm a 8,5 cm, que es la distancia típica entre los caninos de un oso adulto».
Por su parte, la asociación Leal presentó ante el tribunal otro informe forense, realizado por dos expertos veterinarios que estudiaron las conclusiones de Barbareschi y que consideran que la distancia entre los caninos era «típica de un oso adulto macho» y no de una hembra.
«Hemos pedido al tribunal que ordene a un veterinario especializado que examine el espécimen (JJ4), y que mida sus dientes», declaró a la AFP la abogada de Leal, Aurora Loprete.
La muerte de Andrea Papi puso en marcha un debate sobre los peligros que plantean los osos, que se reintrodujeron en la región entre 1996 y 2004 y que hoy son unos cien.
Las asociaciones de defensa de los animales insisten en que los osos se mantienen normalmente alejados de los humanos y que corresponde a las autoridades locales velar por que las personas se mantengan alejadas de las zonas en las que estos animales crían a sus cachorros.