Permitir al conductor sumergirse en una película, vender coches en un concesionario virtual, simular la instalación de una nueva pieza en el motor: varios fabricantes y proveedores de equipos mostraron en la feria tecnológica CES de Las Vegas cómo están experimentando con el metaverso y buscando proponer un nuevo universo.
El fabricante francés de equipamiento Valeo desarrolló un sistema que permite al conductor o pasajero sentarse frente a una pantalla como si fuera el televisor de la casa e interactuar con su entorno, con un casco, pero sin mando ni guante, gracias a que numerosos sensores ya presentes en el coche detectan sus manos.
Para quienes se sientan oprimidos por el casco integral, se pueden utilizar sensores fuera del vehículo para integrar peatones o paisajes en la realidad virtual, explica Ghaya Khemiri, director del proyecto.
Y si los sensores detectan que estás estresado, el sistema puede ofrecerte una sesión de relajación con imágenes y sonidos reconfortantes.
En Valeo «trabajamos mucho en el coche eléctrico y en el coche autónomo, tenemos nuestros sensores», explica Khemiri. «Nos preguntamos qué podíamos ofrecer para el placer de los usuarios».
Este sistema, aún en fase de prototipo, estaría inicialmente destinado a pasajeros o conductores durante un momento de pausa, como el período de carga en un coche eléctrico. También podría ser utilizado por el conductor en vehículos totalmente autónomos.
Una película en el parabrisas
Holoride, una start-up respaldada por el fabricante de automóviles Audi, ya comercializa unos auriculares de realidad virtual dirigidos exclusivamente a los pasajeros del asiento trasero del coche.
El sistema está diseñado para que puedan ver una película o jugar a un videojuego con un mando sin sentir náuseas, ya que el contenido está sincronizado con los movimientos del vehículo.
En el CES la empresa presentó una nueva versión que puede utilizarse en todos los automóviles.
El fabricante alemán BMW dio a conocer el miércoles en Las Vegas un prototipo que se supone inspirará los futuros vehículos de la compañía, mezclando «el mundo real y el virtual».
El grupo mencionó la posibilidad de proyectar imágenes en realidad aumentada en el parabrisas, como la velocidad o el destino, o incluso transformar todo el parabrisas en una pantalla para ver una película.
«Pasarán varios años antes de que veamos un metaverso totalmente inmersivo e interconectado, pero los actores de la movilidad ya pueden obtener un valor comercial real de las tecnologías diseñadas para este fin», argumenta McKinsey, que publicó un informe sobre el metaverso en el sector automotriz en vísperas del Consumer Electronics Show (CES), que se celebra en Las Vegas hasta el 8 de enero.
En diciembre, Fiat puso en marcha en Italia lo que denomina un «concesionario metaverso», en el que los clientes pueden buscar, configurar e incluso comprar un coche en línea con la ayuda de un asistente en tiempo real.
Reparación a distancia
Si las tecnologías mejoran, sobre todo los llamados dispositivos hápticos que simulan el sentido del tacto, los consumidores podrían «examinar una réplica muy realista de un vehículo -abriendo sus puertas, tocando sus asientos, acelerando en una autopista- como lo harían con un coche de verdad», sostiene McKinsey.
Ante un vehículo averiado, un técnico podría ayudar a un cliente a realizar una reparación sencilla a distancia.
El metaverso también puede apoyar el diseño de nuevos productos o facilitar la prueba de una función en distintas situaciones.
Alexandre Corjon, responsable de innovación del fabricante francés de equipos Plastic Omnium, acudió al CES para explorar los diversos usos que la empresa podría hacer de esta tecnología.
A través del metaverso, podría, por ejemplo, mostrarle al cliente cómo quedaría un material reciclado y así «hacer que el diseñador sea consciente del efecto que tendría» en el vehículo, afirma. O demostrar las mejores prestaciones de un nuevo producto.
El grupo también está considerando experimentar con el metaverso para los comités de dirección, que a veces son difíciles de reunir debido a las actividades globales del grupo, y así evitar desplazamientos.