El Salvador, como parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está comprometido en cumplir lo establecido en la Carta Magna de dicha organización, consistente en contribuir a la paz y la seguridad mundial. Dicho objetivo se logra a través de misiones de operaciones de paz en países que son afectados por conflictos. La razón de ser de estas misiones de paz es que dichas regiones consigan una estabilidad que les asegure condiciones de desarrollo.
Las misiones de paz son el conjunto de acciones encaminadas a la contención, moderación y finalización de hostilidades de los Estados, ejecutadas por medio de la intervención de una tercera parte imparcial, organizada y dirigida internacionalmente, empleando fuerzas multinacionales y realizadas con el consentimiento de las partes beligerantes para restaurar y mantener la paz.
Las misiones de paz en las que ha participado la FAES contribuyen a engrandecer la labor constitucional de esta institución permitiendo una proyección a escala nacional e internacional. Además, incrementa el nivel de listeza operacional al mantener una fuerza preparada para cumplir misiones en el exterior. Por ejemplo, cuenta con el Centro de Entrenamiento de Operaciones de Paz, que es líder de la región en operaciones internacionales de mantenimiento de la paz.
El hecho de cumplir con misiones en el exterior refleja una Fuerza Armada capaz de afrontar los desafíos de tipo logísticos, tareas de ayuda humanitaria y un personal que genera confianza a escala mundial, al ser una institución de respeto a los derechos humanos y alineada con los nobles valores con los que se fundaron las Naciones Unidas.
Otra ventaja es que al participar El Salvador en misiones de paz contribuye a fortalecer los lazos de cooperación entre las naciones; por ejemplo, EE. UU. ha apoyado con fondos para el desarrollo de la capacidad de mantenimiento de la paz, lo cual indica que al aportar en la mejora de equipo militar salvadoreño reconoce la legalidad, constitucionalidad, democracia y legitimidad del Estado salvadoreño, pues EE. UU. actualmente, al ser la principal potencia mundial en lo militar y lo económico, asume el rol de garante de la democracia en todo el planeta, por lo tanto, en el siglo XXI solo apoya militarmente a gobiernos que respetan los derechos humanos y la institucionalidad democrática.
Por ejemplo, el Gobierno de EE. UU. donó varios helicópteros y equipo militar, en el marco de la Iniciativa de Operaciones de Paz Global, que incrementaron las capacidades de la Fuerza Aérea, lo cual sirve para que la FAES contribuya en la consecución de la paz mundial al participar como observador militar o contingente, para apoyar los procesos políticos en esos países y llevar a cabo una serie de tareas relacionadas con la seguridad.
El contingente salvadoreño en misiones de paz debe centrarse en garantizar la seguridad, estabilización y protección de los civiles, reconciliación y dar apoyo al restablecimiento de la autoridad del Estado, para ello es necesaria la promoción y la protección de los derechos humanos, además de la creación de las condiciones necesarias para la prestación de asistencia humanitaria.
Las responsabilidades de los contingentes salvadoreños sirven a escala mundial para apoyar en la aplicación de los ceses al fuego, paz y reconciliación en países con dificultades políticas o de violencia, proteger a los civiles por medio de la promoción y la protección de los derechos humanos, implementando asistencia humanitaria y proyectos de estabilización, protección y seguridad del personal de Naciones Unidas, en especial de los recursos humanos, logísticos, las instalaciones y el equipo.
Entre las misiones asignadas al contingente salvadoreño en misiones de paz se pueden resumir en transporte de personal, escolta, seguridad, vigilancia y reconocimiento aéreo, misiones de búsqueda y rescate, transporte médico y patrullajes aéreos diurnos y nocturnos. Todo gracias a que cuenta con su propia flota de helicópteros, vehículos para transporte, carga, equipo militar y servicios aeronáuticos, lo cual le permitió autonomía de movimiento y ser un actor principal en las misiones que se desarrollan en países con convulsiones político-militares.
El Salvador, como Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está facultado para tomar todas las medidas que fueran necesarias para garantizar la seguridad de su personal, aeronaves y equipos, en el cumplimiento de la misión y de acuerdo con las reglas de entrenamiento para las misiones de paz en las que ha participado.
Por lo tanto, las misiones de paz son un gran paso para la institución castrense salvadoreña, pues a escala internacional se ve a la Fuerza Armada como una institución garante de la paz, respetuosa de los derechos humanos; y a su personal como una corporación militar disciplinada, autosuficiente, capaz y de confianza para entregarle una serie de mandatos que requieren todas las virtudes antes expuestas, pues de ello depende la vida de los salvadoreños, los colegas de otras naciones que están apoyando estas misiones de paz y la población civil de estos países.
Por tanto, durante estas misiones de paz, con profesionalismo, la FAES ha realizado muchas operaciones de patrullaje, escolta de convoy, vigilancia y reconocimiento aéreo, transporte médico y misiones de búsqueda, rescate y extracción de personas.
En conclusión, la FAES es una institución enfocada en el respeto de los derechos humanos, de la seguridad y la democracia, y a pesar de que surjan problemas de diferente índole, como los de recursos económicos, humanos; o que aparezcan personajes cuestionando o calumniando la labor de esta institución bicentenaria, con tal de desprestigiarla o sabotearla. Lo cierto es que la Fuerza Armada da la milla extra y que la mayoría de sus miembros están dispuestos a dar su vida por el respeto a las personas, y ese prestigio y honor va más allá de las fronteras nacionales, pues incluso la ONU le ha permitido ser parte de varias misiones de paz internacionales, lo cual es una prueba categórica del gran trabajo que ha hecho, hace y hará la FAES.
La Fuerza Armada, entonces, está bien posicionada en términos de política internacional, pues por el hecho de que la FAES participe en una misión de paz se entiende que el Estado de El Salvador está amparado por la Organización de las Naciones Unidas.