En 2017, la Asociación de Pescadores Artesanales de la playa El Cuco (Aspescu), en Chirilagua, San Miguel, logró exportar variedades de pescado seco a Estados Unidos y así afianzar ingresos para sus 24 socios y toda una cadena de 400 personas empleadas.
La sociedad fue fundada en 2005, con aportes de la cooperación internacional, para convertirse en el sostén de cientos de pescadores devastados por el huracán Mitch.
Entre las especies que la organización logró exportar al mercado de la nación norteamericana, después de 12 años de fundación, se encuentran el pargo, robalo, corvina, macarela, ruco queen, tamalito y sardina.
En la actualidad, de acuerdo con datos de William Melgar, quien gerencia Aspescu desde 2007, son colocados siete contenedores en el año, específicamente de octubre a febrero, con un total de 150,000 libras de pescado seco en Estados Unidos, lo que representa más de $1 millón en ingresos.
A diario, Aspescu recibe productos de los socios y comerciantes que estén autorizados por el Centro de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (Cendepesca) con un permiso especial, debido a que deben cumplir exigencias de trazabilidad u origen del producto.
De acuerdo con el líder de la sociedad, que prioriza la pesca artesanal de familias de la zona para contribuir con su sustento económico, Aspescu, cumple con todos los requisitos legales y sanitarios que exige tanto El Salvador como Estados Unidos.
En su interior, la planta cuenta con una serie de secciones especializadas que implican una inversión estimada de $600,000 con personal calificado que logra con éxito el proceso de adecuación del producto, desde que sale del mar hasta ser almacenado en cuartos fríos donde espera el requerimiento del mercado extranjero.
«Para estar al día en el mercado internacional hay que estar al día con todas las normativas. Este proyecto es dinámico porque es un esfuerzo de pescadores que nació con la idea que los socios y sus familias obtengan ingresos y un mejor nivel de vida», afirmó Melgar.
Además, del 100 % de la producción la planta, que tiene capacidad para procesar 5,000 libras de pescado al día, un 20 %, entre los que suman: curvina, mojarra, camarón jumbo, cola verde y langosta, se coloca en el mercado nacional en hoteles, restaurantes, mercados municipales de la zona oriental y San Salvador.
Como parte de su apuesta por la sostenibilidad, la asociación también tiene una planta solar en su techo que le permite ahorrar el 20 % de su factura eléctrica, obtenida, en parte, con el apoyo del programa Rural Adelante, del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), mediante el cual la entidad gubernamental también otorgó a la asociación una consultoría en análisis de puntos críticos de control para cumplir con las exigencias de sanidad estadounidense.
Mientras que, según Melgar, a un corto plazo buscan montar su propio laboratorio para obtener datos científicos de prueba de productos, control de salinidad, humedad y a mediano plazo incrementar los niveles de producción.
En la búsqueda de la diversificación, Aspescu también apostó por la parte turística con la adquisición de un rancho de playa en la playa El Cuco, con el cual obtiene ingresos con el alquiler a cualquier familia o grupo interesado.