Las segundas oportunidades existen para el Gobierno de El Salvador, con el programa de Movilidad Laboral del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Salvadoreños que fueron contratados el año pasado por la procesadora de mariscos Trident Seafoods, en Alaska, Estados Unidos, fueron reclutados esta temporada por Silver Bay Seafoods ante la excelente mano de obra del país.
Su experiencia fue tan satisfactoria la primera vez, que William Eduardo González, de 21 años; y Mirna Yanira Villanueva López, de 26, se han sometido al proceso este año y están dispuestos a dar lo mejor para continuar con sus negocios y emprendimientos.
Los beneficiarios reconocen que con el programa tienen acceso a todos los derechos laborales en Estados Unidos y pueden regresar a salvo a sus hogares. Además, aprendieron sobre el proceso para empaquetar el pescado y han extendido sus conocimientos con la cultura.
El originario de Guaymando, Ahuachapán, fue contratado por 10 meses por Trident Seafoods. Viajó con un contingente en enero de 2022 y regresó en octubre de su trabajo temporal. Con el capital suficiente, decidió enfocarse en el rubro del transporte y adquirió dos vehículos para hacer viajes y trasladar muebles.

Para González, con la oportunidad en el exterior ganó experiencia en un área que nunca había desempeñado. «El programa de Movilidad Laboral es una buena opción, es mil veces mejor que viajar de manera irregular por tierra», manifestó a «Diario El Salvador».
González continúa avanzando en el proceso, pues ya fue contactado por los dirigentes de Silver Bay Seafoods, para una entrevista. Además de invertir más en su negocio, su misión es construir su propia vivienda y ayudar a sus progenitores.
A diferencia de González, López incursionó en el rubro del comercio. Abrió un local de venta de pupusas en el cantón Los Naranjos, en el municipio de San Luis del Carmen, en Chalatenango.
Este establecimiento no solo se convirtió en el motor económico de su familia, sino el de dos de sus empleadas. Con su filosofía de apoyar a los miembros de su comunidad, así como fue apoyada por el Gobierno salvadoreño con el programa de Movilidad Laboral, sirvió como fuente de empleo.
«Le agradezco al Gobierno porque son muy buenas oportunidades, así como ellos nos ayudan a nosotros, debemos replicar eso con otras personas dándoles empleo», dijo.
La venta de pupusas sacó adelante a la familia y aunque tuvo que cerrar su negocio por motivos personales, la chalateca reconoció que haber sido empleada en el exterior, con el debido proceso, fue una de sus mejores decisiones. Además, siempre planea invertir en un negocio donde colabore con empleo para otros salvadoreños.
El Gobierno de El Salvador tiene el objetivo de colocar a más de 20,000 trabajadores este año.
