Quezaltepeque, municipio de La Libertad, ha tenido un resurgimiento de la economía local de comercios formales e informales que, gracias a los planes de seguridad implementados por el gobierno del presidente Nayib Bukele, los dueños de negocios dejaron de pagar la extorsión a razón de que los criminales y terroristas han sido capturados.
«Diario El Salvador» efectuó un recorrido por dicha localidad y conversó con los habitantes y las autoridades locales que coinciden en que hoy es más que nunca viven seguros y tranquilos. Históricamente, este municipio figuró, durante los gobiernos del partido FMLN, entre los cinco más violentos de todo el país, y la disputa de territorios de pandillas rivales disparó los homicidios y las extorsiones.
Actualmente, los quezaltecos disfrutan una nueva realidad; el alcalde, Fermín Henríquez, se refirió al clima de seguridad y explicó que estas condiciones están potenciando la actividad comercial y el turismo, el cual es aprovechado por la comuna para organizar ferias de emprendedores cada 15 días.
«Vemos personas a las 9 o 10 de la noche, cenando con sus familias o andan de paseo con niños y personas de la tercera edad con total tranquilidad. Lo observamos, no solo en el casco urbano, sino que cuando visitamos las comunidades en los cantones nos expresan que están tranquilos y lo podemos ver en las actividades religiosas y deportivas», explicó el edil.
En cuanto a las extorsiones, aseguró que llegó un momento en que ese delito afectó a todo el municipio, por lo que hubo ciudadanos que cerraron negocios y huyeron por temor a las maras.
«La extorsión afectaba desde pequeñas tiendas hasta los negocios más grandes, también afectó la zona del mercado, pues había pandilleros alrededor. Las personas tenían miedo, estaban amenazadas y muchas veces les tocaba cerrar el negocio o venderlo porque eran amenazados», expuso el alcalde a este medio.
A partir de que las fuerzas del orden desarticularon clicas de la Mara Salvatrucha y la pandilla 18 hubo un cambio radical en el municipio, tanto así que los comerciantes dejaron de ser extorsionados. Según fuentes policiales, este delito se redujo en más del 95 %.
«Ahora se puede percibir y sentir la seguridad dentro del mercado (…) los vendedores lo sienten en el ambiente y aparte que ya no son extorsionados», manifestó el edil.
Al dejar de pagar la extorsión, estos recursos son destinados por los comerciantes para invertir en más productos, ampliar negocios, pagar y ponerse al día con las tasas municipales y en algunos casos dejar la informalidad y establecerse como pequeños empresarios.
«Mayor cantidad de negocios se están inscribiendo (a lo formal) y negocios que cerraron por miedo o amenazas están abriendo, esto nos genera mayor actividad económica porque tenemos más ingresos en la municipalidad porque ya no están pagando extorsión», dijo el jefe municipal.
TESTIGOS DE LA SEGURIDAD
A las declaraciones del alcalde se suma la opinión de los ciudadanos que dan fe de los cambios positivos que ha tenido Quezaltepeque.
«Se pueden ver más personas comprando y vendiendo, también se han visto más turistas que visitan el Centro Histórico y la Toma de Quezaltepeque (balneario municipal con piscinas)», dijo Jorge Martínez, vendedor local.
«Había colonias a las que no podíamos ingresar porque los bichos (pandilleros) no lo permitían; hoy veo más empresas que se están acercando a surtir los negocios», expuso Alberto Murcia, distribuidor de golosinas.
La comunidad educativa también se ha mostrado complacida por el clima de seguridad actual.
«Como maestros nos ha beneficiado, antes no podíamos salir de la escuela (a prácticas deportivas), era complicado sacar a los estudiantes de una zona a otra, era ponerlos en riesgo», relató un docente mientras guiaba una clase de educación física en el parque Norberto Morán.
La implementación de la Liga Atlética Policial (LAP) desarrollada por la Policía Nacional Civil (PNC) y los torneos de fútbol y baloncesto que organiza la alcaldía están permitiendo que más jóvenes se involucren en actividades deportivas dentro y fuera del municipio.