Rusia afirmó ayer que la decisión de Estados Unidos (EE. UU.) de entregar bombas de racimo a Ucrania es una muestra de debilidad que convertirá a Washington en cómplice de las muertes de civiles que ese armamento pueda ocasionar. «El envío de armas de fragmentación es un acto desesperado y una muestra de debilidad en el contexto del fracaso de la tan alardeada contraofensiva ucraniana», afirmó en un comunicado la portavoz rusa, María Zajárova.
La diplomacia rusa denunció un «intento cínico de prolongar la agonía de las actuales autoridades ucranianas sin preocuparse por las víctimas civiles» de estas bombas, que matan a ciegas, esparciendo pequeñas cargas explosivas, antes o después del impacto.
«Al proporcionar municiones de racimo, Washington se convertirá de facto en cómplice del minado y compartirá plenamente la responsabilidad de las muertes causadas», añadió.