El liderazgo, la participación y el empoderamiento de las mujeres en política aún siguen en riesgo en pleno 2020, según la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU).
A pesar de que los partidos políticos muestran una mayoría significativa de mujeres entre sus militantes, la falta de financiamiento frena su participación y su carrera política a la hora de ostentar cargos de poder.
De los 84 diputados propietarios electos para el período 2018-2021 en la Asamblea Legislativa, solo 26 son mujeres. El FMLN cuenta con 13 diputadas; ARENA, con 12; y el PCN, con una, mientras que los grupos parlamentarios de GANA, PDC y CD no poseen representantes mujeres.
En cuanto a la clasificación por área geográfica de acuerdo con los pasados comicios, en la zona central del país fueron electas 19 diputadas; en la zona occidental, cuatro, y en la zona oriental, tres.
Según el informe «Mujeres, financiamiento y elecciones en El Salvador», de Acción Ciudadana, una de las barreras que enfrentan las mujeres en el aspecto político tiene que ver con la limitación de recursos y aspectos socioculturales, como el machismo, el acoso sexual, la falta de apoyo partidario y la carencia de confianza.
La diputada Marcela Villatoro, del partido ARENA, asegura que todo el tipo de acoso que una mujer sufre en la carrera política también es considerado un tipo de machismo, ya sea en los lugares de trabajo o en las redes sociales.
«Es difícil ser mujer en política, incluso en la Asamblea. Una vez, un colega me dijo algo haciendo alusión a una parte de mi cuerpo. Yo me sentí mal, y los compañeros presentes se rieron. Pero le dije que era una falta de respeto y que había una unidad de género para hacer una denuncia al respecto», comentó Villatoro.
Actualmente, El Salvador también carece de un reglamento o una normativa para el financiamiento de candidaturas femeninas, ya que el acceso a este puede ser limitado y, en algunos casos, hasta condicionado.
La diputada Dina Argueta Avelar, del FMLN, expresó que «a las mujeres se les hace mucho más difícil enfrentar una campaña por los recursos económicos, además del tema de la violencia política ejercida tanto dentro de los partidos políticos como afuera, con las redes sociales».
Marcela Villatoro también expresó que las primeras puertas que tocó no se le abrieron. «No creo que haya sido tanto por el tema de ser mujer, sino porque usualmente tienden a apoyar a los diputados que ya tienen un nombre», comentó Villatoro.
La diputada Eeileen Romero, única representante mujer del PCN en el Órgano Legislativo, dijo que, “hay tres factores que dificultan el desempeño de las mujeres en política; en primer lugar, lo económico, en segundo lugar, la valorización que el partido le dé a su candidata y en tercer lugar es el valor propio que la misma mujer se da”.
Martha Carolina Recinos, Comisionada Presidencial para Operaciones y Gabinete de Gobierno de El Salvador, es otra de las mujeres que también ha destacado desde su posición estatal. En su participación en temas políticos ha desarrollado su trayectoria en puestos importantes como los siguientes: de 2018 a 2019 fue miembro del Comando Nacional de Campaña Elecciones Presidenciales; en 2015 a 2018 destacó como asesora de Despacho y de la Alcaldesa de Nuevo Cuscatlán; en 2006 a 2009 fue gerente general Alcaldía de San Salvador, entre otras responsabilidades que la han posicionado entre las pocas mujeres que se han abierto paso en la política de El Salvador.
Mujeres en Gobierno
Hasta la fecha, no ha figurado una mujer en la lista de jefes de Estado en los gobiernos salvadoreños, en comparación con otros países que sí han logrado una mayor igualdad en la participación de mujeres en la política.
Nepal, Taiwán, Estonia, Singapur, Trinidad y Tobago, Etiopía, Georgia, Bolivia y Grecia son algunos países que han dado el salto en la política de igualdad para elegir a mujeres como sus representantes.
Recientemente, la Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU Mujeres dieron a conocer un mapa que muestra el porcentaje mundial de la participación de mujeres como líderes en las ramas ejecutivas y parlamentarias de los gobiernos en 2020.
En cifras, de 152 jefes de Estado a escala mundial, solo 10 son mujeres, lo que equivale a 6.6 %, y de 193 jefes de Gobierno, solo 12 son mujeres, que equivale a 6.2 %.
Aunque El Salvador no figure en la lista de las naciones que poseen presidenta o jefa de Estado, sí forma parte del porcentaje de países que tienen a mujeres en puestos ministeriales, lo que lo ubica en la posición 17, junto con Etiopía y Georgia, con un porcentaje de 47.1 %.
Actualmente, siete de 16 ministerios son dirigidos por mujeres en el Gabinete del Gobierno salvadoreño. Relaciones Exteriores, Economía, Educación, Turismo, Cultura, Vivienda y Desarrollo Local son las entidades que tienen designadas a mujeres al frente de ellos.
Para la representante del PNUD en El Salvador, Georgiana Braga-Orillard, el país ha tenido importantes avances en la participación política de las mujeres: ha incrementado el número de ministras, ha habido una vicepresidenta de la república (2004-2009) y tres presidentas en el Órgano Legislativo (períodos 1983-1985, 1994-1997 y 2015-2016).
«Sin embargo, aún persisten desafíos para mejorar la participación política de las mujeres, como, por ejemplo, aumentar el número de alcaldesas, dado que actualmente su representación alcanza solo el 11 %; continuar incrementando la participación política de las diputadas hasta alcanzar la paridad, y, en un futuro, contar con candidatas a la Presidencia de la república», detalló Georgiana.
Según la embajadora designada de El Salvador en Washington, Milena Mayorga, una de las soluciones para mejorar la participación de las mujeres en la política es que las instituciones correspondientes estén dispuestas a apoyarlas.
Según Georgiana, otra de las soluciones para romper la brecha de desigualdad es la «aprobación de marcos normativos que apuesten por la paridad, los cuales deberían hacerse acompañar del fortalecimiento de mecanismos de control electorales y de partidos; de procedimientos de financiación de campañas y del desarrollo de procesos de creación continua de nuevos liderazgos políticos jóvenes».