A menos de dos kilómetros del corazón de Santa Ana, precisamente al final de la 25.ª avenida norte y final de la 6.ª calle oriente, del barrio San Rafael, existe un oasis donde nacen aguas frescas y cuyo nombre en náhuat significa ‘río de zapotes’, el balneario Sapoapa, que es parte del complejo del mismo río que baña el también turicentro Sihuatehuacán.
Rodeado de abundante vegetación y frondosos árboles, Sapoapa se encuentra al pie del cerro Tecana, otro de los emblemáticos sitios de Santa Ana, y es una opción refrescante para visitarlo en cualquier época del año.
El balneario brinda espacio para grandes y chicos, ya que además de una piscina infantil, principal, que es en parte poza y en otra piscina, tiene partes donde también se pueden bañar niños, ya que no es muy profunda.
De esta misma piscina también surge una cascada cuando hay mayor cantidad de agua y a un costado hay una especie de canal donde también corren transparentes aguas y que son aprovechadas por los visitantes para darse una ducha.
En la piscina principal existe un tobogán y la concha acústica, donde además hay una cueva subterránea que es visitada por los más intrépidos nadadores.
La entrada a este balneario es de $1 por persona y no hay restricciones para el ingreso de alimentos, por lo que las personas incluso pueden llegar a cocinar al recinto, donde hay varias glorietas con mesas y sillas para descansar.
Asimismo, en el interior de la propiedad donde se encuentra el balneario hay una crianza de tilapias, por lo que también se puede adquirir pescado fresco y comerlo con el paisaje que brinda el espejo de agua de esta poza.
Una de las particularidades de Sapoapa es que, al igual que en el lago de Coatepeque, se genera el cambio de coloración de sus aguas y se vuelven de tonos turquesa y verde perla, lo que lo vuelve más atractivo para sus visitantes.