El Ministerio de Educación inauguró ayer las clases en escuelas e institutos nacionales. Las jornadas educativas serán totalmente presenciales luego de dos años a distancia o semipresenciales debido a la pandemia de la COVID-19.
Además del hecho de volver a las aulas —una decisión que ha sido calificada de positiva por las Naciones Unidas, que envió su felicitación al Gobierno del presidente Nayib Bukele a través de la misión de Unicef en el país—, que incide enormemente en el proceso formativo de los alumnos, hay dos situaciones que convierten el inicio de clases de 2023 en un hito histórico.
Por primera vez en décadas, la comunidad educativa trabajará en un ambiente de paz y tranquilidad. Gracias al éxito del Plan Control Territorial, en combinación con el régimen de excepción, no hay pandilleros que amenacen la vida e integridad tanto de estudiantes como de profesores y trabajadores de los centros escolares. No hay extorsionistas que exijan sus ingresos a los profesores y padres de familia o que intenten incorporar a sus hijos a las pandillas.
Ha sido gracias a la efectividad del trabajo de la Policía Nacional Civil, la Fuerza Armada, jueces, fiscales y centros penales que ahora más de 63,000 integrantes y colaboradores de las estructuras criminales han sido detenidos, lo que ha devuelto la seguridad a barrios, colonias, cantones y caseríos.
Con las pandillas desarticuladas y el esfuerzo permanente de las autoridades para que no se reorganicen (mientras se persigue hasta el último delincuente), las escuelas e institutos pueden funcionar con la normalidad a la que siempre aspiraron en otros tiempos.
Y eso nos lleva al segundo hito importante en este inicio de clases: la incorporación de la tecnología en la educación. Estudiantes y maestros han sido equipados con tabletas y computadoras para que puedan aprovechar las herramientas digitales de la era actual.
Jornadas de capacitación han permitido que profesores y alumnos expandan sus conocimientos y habilidades para mejorar el proceso de aprendizaje, lo que ha significado un salto cualitativo en la educación.
En resumidas cuentas, el Gobierno del presidente Bukele rescató a la educación del abandono al que había sido arrojada por las administraciones de ARENA-FMLN. Un proceso de rescate de infraestructura educativa y de aumento de inversión está transformando aceleradamente el sistema educativo público, llevándolo a estándares que en muchos casos son superiores a los de la educación privada.