Dueña de una encantadora sonrisa y un físico espectacular, pero, también, firme en sus ideas y con propósitos claros para lograr con su rol como reina de belleza y participante de un certamen internacional. Así es Fátima Calderón, la representante de El Salvador en el Miss Grand International 2023, el cual se desarrollará este próximo 25 de octubre en Vietnam, y donde Fátima buscará poner en alto el nombre de El Salvador.
Para Calderón, este evento es una oportunidad para mostrarse no solo como un rostro bonito y un cuerpo esbelto, sino también como una mujer integral, talentosa y capaz. Desde esta ventana internacional, espera poder demostrar al mundo que las mujeres salvadoreñas brillan con luz propia y pueden iluminar al mundo con sus habilidades, talentos y fortaleza de vida.
Fátima Calderón conversó con Diario El Salvador sobre este nuevo reto para su carrera y sobre la difícil tarea que significa ser reina de belleza y luchar por representar de la mejor manera al país en certámenes donde la exigencia y los estándares de calidad son elevados, pero que también permiten mostrar al mundo lo que las salvadoreñas pueden hacer por mejorarlo.
¿Qué significa para vos representar a El Salvador en el próximo Miss Grand International 2023?
Estoy muy emocionada por representar al país en este evento que se desarrollará en Vietnam, este mes de octubre. Es un gran reto. Hace un par de años que entré a lo de los concursos de belleza y representar a mis países ha sido un gran sueño. Creo que ahora, en este evento, es un plus en mi vida y estoy con las expectativas muy altas de representar al país en una nación muy lejana y en un concurso reconocido internacionalmente.
Hablemos un poco de Miss Grand International. ¿Cómo se desarrolla esta competencia?
Es un evento que se hace con la representación de muchos países y donde podés mostrar tus dotes como mujer, tus talentos y tus habilidades. Siempre he sido partícipe de la danza y este es un concurso donde esos talentos pueden lucir. Eso me entusiasma mucho. Es una oportunidad y una pasarela amplia para mostrar lo que podemos hacer. Este año se desarrollará en octubre y la gran final será el 25 de octubre.
El objetivo es poner el nombre de El Salvador en alto. Solo pido el apoyo de todos para poder lograrlo. Me he preparado fuertemente para lograr ese objetivo y siento mucha expectativa para conseguirlo. Espero, de verdad, dar lo mejor de mí y prometo que así será, todo con tal de que el país quedé con la mejor representación posible en este importante evento.
¿Es difícil la preparación para eventos como Miss Grand International o en concursos de belleza internacionales?
Sí, es complicado. Ser una reina de belleza es ser una mujer integral en todas las facetas, ya sea en una faceta educativa, profesional, atlética o social. Como mujer, es llegar a un punto en el que no solo representés un físico bonito, sino una mente que pueda nutrir a una sociedad que te escucha, también inspirar a otros. En mi caso, soy maestra de niños y, cuando legué a mi clase tras la final de Miss Grand El Salvador 2023, los chicos estaban emocionados de que la «Miss» ahora sí es una «Miss» ¡Jajaja! Con ellos he aprendido que no hay nada más valioso en la vida que impactar la vida de los más chicos y dejar una huella positiva en ellos. Ese es un gran trabajo y admiro a todas las mujeres que, a través de un concurso de belleza, buscan ser una imagen positiva para los demás.
Ser una reina de belleza es, entonces, más que una «cara bonita».
Exacto. A veces se piensa que ser reina de belleza es solo sonreír y tener un físico bonito. Pero es mucho más que eso. Hay muchas mujeres profesionales en los concursos de belleza, mujeres muy inteligentes y muy capaces que acaban por demostrarnos que la verdadera belleza está en las capacidades y talentos de cada mujer y que todas podemos aportar mucho a la sociedad.
Decís que sos maestra de niños. ¿Creés que ese trabajo te ayuda a ser más sensible, a desarrollar un espíritu más humano?
Sí, pienso que todas las áreas en las que estoy involucrada ayudan a desarrollarme plenamente. Trabajo en una organización internacional para ayudar a niños con paladar hendido, así que siempre me ha encantado el tema de la niñez. No hay mejor manera para acercarte a una sensibilidad social que a través de los niños. Todos siempre deseamos ser como niños de nuevo. Trabajar con ellos ha sensibilizado mi vida y me ha enseñado a ayudar a otros. Además, los niños son puros de corazón y uno aprende mucho de esa pureza. Eso también ayuda a que nos volvamos más humanos y más sensibles por encima de todas las presiones y preocupaciones de la vida.
¿Es difícil manejar la presión al ser reina de belleza?
Sí, es complicado porque el estándar de belleza puede variar y siempre se nos obliga a cumplir con todos estos estándares. En mi carrera, ya he quedado atrás, ya he quedado fuera de otros eventos. Pero ha sido un proceso que me ha llevado mucho tiempo el volver a confiar en mí. Cuando llega la crítica, eso va desanimándote y haciendo que retrocedás. Pero, lo único que te saca adelante es tu convicción por lograrlo y por alcanzarlo. Es difícil manejar ese estándar de belleza y pretender alcanzarlo siempre. Pero, la clave es entender que no vamos a ser perfectas, pero sí podemos ser auténticas y esa autenticidad es la que puede hacernos brillar con más fuerza.
Esa fuerza interior, en tu caso personal, ¿se ha visto fortalecida al ver el proceso de recuperación de tu padre, Billy Calderón, tras el accidente que sufrió?
Lo que nosotros vivimos como familia marcó mi vida y me hizo valorar el día a día. Me ha enseñado más sobre la determinación y el esfuerzo. Mi padre es una persona que siempre se ha trazado objetivos claros y él tenía fijado que quería caminar lo más rápido posible y lo está logrando. Veo su esfuerzo, veo su determinación y lo está logrando. No se trata de que él sea Billy Calderón, sino de su lucha, su esfuerzo. Lo que más he sacado de él es su disciplina y su empeño por hacer las cosas. Él me ha enseñado a luchar por mis objetivos. Todas las veces que me he planteado rendirme, él siempre me ha animado a tomar la mano de Dios y a seguir adelante.