La final de la segunda división fue un partido vibrante, tal y como se esperaba, con dos equipos que eran primerizos en estas instancias. Por un lado, el Cacahuatique y el rival el AD Municipal, pero solo los de Juayúa pudieron celebrar al imponerse 4-2.
Con mucho por ganar y poco por perder, salieron a la cancha del estadio Antonio Toledo Valle, de Zacatecoluca, casa del Platense, ese equipo que solo hace una semana jugó la final de la primera división, categoría donde los dos rivales de ayer por la tarde quieren llegar el próximo año.
El reloj marcaba el minuto 3 y el cuadro de Juayúa destapó el festejo con un gol de buena factura, gracias a David Gómez. Este tanto fue adornado con una jugada previa de toque fino, de pases milimétricos para conseguir el 1-0.
Solo cuatro minutos tardó en responder el Cacahuatique (7’) con el empate que llegó a través de José Luis Rodríguez, quien se descolgó de la banda izquierda para hacer de las suyas en el área de los occidentales.
Sin ningún tipo de ataduras, ambas escuadras hacían su trabajo, pero la floja marca del equipo migueleño en la zona baja lo puso contra las cuerdas. El atacante Carlos Salazar los puso a sufrir con su oficio y al minuto 14 puso, de nueva cuenta, en ventaja al AD Municipal.
Los orientales, conducidos por Omar Sevilla, experimentado técnico nacional con un título de primera en su hoja de vida, no desmayaron. Tuvieron la fortaleza de mantener el orden en el medio campo, pero los sonsonatecos volvieron a romper sus filas, y ante una floja marca, Salazar marcó su doblete al minuto 38 para poner el delirio en la hinchada que había llegado a apoyarlos.
Sevilla, timonel de los de Ciudad Barrios, había estado activo desde el área técnica, pero con el 3-1 en contra bajó sus revoluciones y se quedó bajo la sombra del banquillo. Esperaba que llegara el medio tiempo para tirar de las orejas a sus pupilos y cambiar la actitud en la parte de complemento.
Pero el «Cacahua» logró recortar distancias antes de ir al descanso del medio tiempo. Cuando solo esperaban el silbatazo del réferi para ir al camerino, Enrique Rivas, al 44, aprovechó una desatención defensiva y puso el 3-2 en la pizarra.
A CERTIFICAR O SUFRIR
AD Municipal tenía media copa en la bolsa. Pero tenía que luchar por otros 45 minutos ante un cuadro oriental que se caracteriza por la garra que tiene. En adelante, hasta el final del juego, Sevilla iba a modificar su ajedrez primero, en busca de arrebatar la corona.
Desde el puntazo inicial del complemento se metió Cacahuatique en el medio campo del Juayúa, que le parecía suficiente el 3-2 que tenía en los cartones. Se había quedado a la espera de sentenciar con un contragolpe, pero sus hombres de ataque no estaban tan finos.

El tiempo era el peor enemigo de los migueleños, que sentían que iba como una locomotora hacia cumplir los 90 reglamentarios y que solo serviría para que el AD festejara el título. El Juayúa, en cambio, sentía que avanzaba lento y cualquier segundo que pudiera ganar era valioso.
A cinco minutos del final del partido se complicó el equipo de Sevilla, ya que perdió al zaguero Luis Arboleda. Con 10 en cancha se ponía cuesta arriba la remontada.
Y se fue el tiempo. AD Municipal terminó con más chances de poder conseguir el cuarto gol. Y lo logró al 90+5’ a través de Héctor Lemus, tanto que sirvió para engrandecer el marcador a 4-2 y que el triunfo fuera inobjetable. Merecido campeón sonsonateco.