Con entusiasmo, los alumnos y maestros del colegio Padre Arrupe, ubicado en el municipio de Soyapango, realizaron esta mañana el Festival de Alfombras, previo a la Semana Santa.
Este es el primer festival que se celebra dentro de la institución en tres años, tras la cancelación de las actividades masivas por la pandemia de coronavirus.
Según explica el director, Santiago Nogales, en el festival participan los 1,850 alumnos inscritos dentro de la institución. Un total de 2,700 personas, entre docentes, alumnos y padres de familia son parte de la actividad.
«Es una tradición del cole irnos de vacaciones de Semana Santa después de realizar un Festival de Alfombras, es una tradición muy salvadoreña, centroamericana y en la tarde después de comer, un Vía Crucis, lo llevamos haciendo varios años», detalló Nogales.
La preparación de las alfombras inició hace un mes, con la elección de los dibujos, selección del material y conformación de equipos para teñir la sal.
El reloj marcaba las 7:30 de la mañana cuando los alumnos y sus padres entraron a las instalaciones para hacer las alfombras. Entre dos y tres horas fueron necesarias para que todo quedará listo.
Sacerdotes y seminaristas son los encargados de evaluar el trabajo de cada grado. Más de 50 alfombras se pueden observar alrededor de los salones de clases.
Para cerrar el festival, los estudiantes de noveno y bachillerato realizan el vía crucis viviente, el cual recorrerá las 14 estaciones y las alfombras. Los altares fueron decorados con flores y se encuentran entre las alfombras.
En el vía crucis participan entre 30 y 40 jóvenes que son parte de un grupo de teatro, el cual ha sido seleccionado en la clase de teatro. Cada uno pone sus habilidades para la actuación y escogen su vestimenta para representar la muerte de Jesús.
«Lo consideramos una actividad relacionada con la expresión artística y por supuesto con la fe. Para nosotros las artes tienen un peso muy importante en el colegio, todos los niños tienen clases de plástica y teatro, tienen clase de música, clase no un taller, es una clase dentro del horario», añadió el director.
Para el orientador de sexto “B”, en la temática, se estable que las alfombras deben representar pasión, muerte y resurrección de Jesús, «este es un criterio que se toma en cuenta para evaluarlas, ya el jurado calificador pasa para evaluar la alfombra», comentó. Para la selección de los dibujos, los niños traen diferentes propuestas y a votación eligen la que ellos más les guste.
Fernando Segovia, de 12 años, participó por primera vez en la actividad y la emoción de hacer alfombras hizo que aprendiera más rápido. «Desde que me dijeron que iba hacer alfombras me sentí emocionado. Primero reunimos la sal para ponerla en un plástico y luego la poníamos en huacales para echarle colorantes, todo eso nos tomó una hora y cuarenta», expresó.
Su madre, Paola Pastore, acompañó a Fernando y sus dos hermanos, quienes también estudian dentro de la institución, durante toda la actividad. La madre de familia asegura que el festival es una actividad que le sirve a su hijo para convivir con sus compañeros tras las clases virtuales.
«La actividad es interesante porque participan los niños y los padres estamos involucrados. Los niños se sienten emocionados, pero también esperaría que ellos entiendan qué es lo que significa, más que una actividad escolar significa algo espiritual. He visto varias alfombras y he visto la alegría de los niños, se ve que los maestros están bien pendientes organizados», indicó Pastore.