El Salvador ha sufrido por 30 años la manifestación de la corrupción por medio de los partidos políticos ARENA y FMLN; después de los Acuerdos de Paz, la esperanza de muchos era salir de los gobiernos de derecha y conseguir la estabilidad económica, social y política, con un partido nacido de la sangre del pueblo. Eso significaba el FMLN para muchos que crecimos en la guerra de 12 años.
Después de 20 años de gobiernos de ARENA, en los que privatizaron carteras de Estado y robaron hasta donaciones, como el caso del primer presidente en la historia de El Salvador llevado al banquillo de los acusados, Francisco Flores, y el de un segundo presidente Elías Antonio Saca, quien está en prisión por hechos de corrupción.
No podemos dejar de lado que el FMLN, en que se confió y vimos con esperanza, con la llegada de Mauricio Funes como presidente, nos dejó con el corazón roto. Porque también se aprovechó de las mieles del poder y, según procesos en la Fiscalía, robó mucho más que los gobiernos anteriores, razón por la que solicitó asilo político en Nicaragua, y desde allá se burla de nosotros atacando al gobierno actual en redes sociales.
ARENA y FMLN son reflejo de la impunidad en nuestro país en temas de corrupción de alto nivel, solapada por sus diputados representantes en la Asamblea Legislativa y también por sus seguidores, quienes, a pesar de conocer sus malas acciones, los defienden a capa y espada.
Con el gobierno de Nayib Bukele, «intuitu personae», espero un fortalecimiento institucional, una administración honesta de los recursos estatales, un ataque frontal contra la corrupción, indistintamente de donde venga habrá que atacarla; un aprovechamiento inteligente de los recursos en favor de las grandes mayorías. Por eso es importante una aritmética legislativa a FAVOR, que permita la gobernabilidad o, mejor dicho, el pase para que el Ejecutivo pueda llevar a cabo sus proyectos de desarrollo para el país.
El pueblo está cansado de ver esas imágenes que tanto daño le han hecho. Queremos un renacer que tenga un aura de esperanza. Es así que se escuchan voces concertadoras de mensajes positivos, como la posibilidad de que Gran Alianza por la Unidad (GANA) y Nuevas Ideas (NI) sean los partidos que dirigirán la Asamblea Legislativa en 2021-2024, con un relevo generacional de políticos, quienes tendrán la responsabilidad de hacer un Órgano Legislativo honesto, con diputados con una probidad valiosa, libre de corrupción, quienes deberán aprobar una nueva constitución, la más actualizada, democrática y justa para nuestro país.
El sueño de todo salvadoreño es vivir en un lugar donde haya oportunidades, con acceso a una excelente educación, libre de violencia, con acceso a la salud, y tener oportunidades de desarrollo: eliminar el desempleo y promover el emprendimiento. Se puede lograr, si se ama a El Salvador.