El Gobierno del presidente Nayib Bukele, por medio del ministro de Salud, Francisco Alabi, coordinó la estrategia de compra de vacunas contra la viruela símica (conocida como viruela del mono) para América Latina.
El Salvador presidió la última reunión del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y, a iniciativa del ministro Alabi, el organismo internacional acordó la compra de la vacuna a través de su fondo rotario.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado a la viruela símica como una emergencia sanitaria internacional. Originalmente encerrado en un área geográfica en África, ahora el virus ha saltado por todo el mundo, y ya han registrado al menos 26,000 infecciones.
Si bien la vigilancia epidemiológica del Ministerio de Salud descarta la presencia de este virus en el país, es un hecho que, dado que ya se reportó en Guatemala, solo es cuestión de tiempo para que llegue a El Salvador.
Sin embargo, gracias a la efectividad demostrada con las medidas tomadas antes de la llegada de la COVID-19 al país, el Ministerio de Salud empezó a prepararse desde hace tiempo para frenar los efectos de la enfermedad.
De este modo, se mantiene en alerta a las oficinas sanitarias internacionales para detectar en las fronteras a personas con los síntomas relacionados con la viruela símica.
Además, todo el personal de salud ha sido capacitado para aplicar el protocolo internacional para atender a pacientes infectados.
En el continente americano se concentra el 36 % de los casos de viruela símica en todo el mundo, por lo que el paso tomado por la OPS, a iniciativa salvadoreña, es un paso en el camino correcto para garantizar estar preparados una vez se expanda el virus por el hemisferio.
El trabajo conjunto de gobiernos para frenar los efectos de esta enfermedad para que no se convierta en pandemia es vital.
Poco ayuda, además, meter sesgos innecesarios en la atención de la enfermedad y relacionarla exclusivamente con un grupo de la sociedad, cuando en realidad todos estamos expuestos al contagio.
Por eso, la política sanitaria nacional ha hecho énfasis en la prevención del contagio y el trabajo para estar preparados para el adecuado manejo de los pacientes, con lo que se evita una mayor expansión.
Con la COVID-19 hemos aprendido la importancia de mantener los hábitos de higiene y del uso de las mascarillas en lugares concurridos, medidas que debemos mantener como prevención.