A la par de la innegable mejora en la seguridad de El Salvador, gracias al éxito del Plan Control Territorial en conjunto con el régimen de excepción, el Gobierno del presidente Nayib Bukele también está transformando la economía nacional. Por décimo mes consecutivo, la tasa de inflación continúa bajando, gracias a las medidas de alivio económico impulsadas para proteger a las familias.
Dichas medidas de alivio incluyeron la estabilización de los precios del gas propano (utilizado por la inmensa mayoría de los salvadoreños para cocinar sus alimentos), la eliminación de impuestos de importación de alimentos y el control de precios, entre otras acciones que emanaron del Gobierno Central y que fueron vigiladas por la Defensoría del Consumidor y el resto de las autoridades económicas.
Para el recién pasado junio, de acuerdo con los datos publicados por el Banco Central de Reserva (BCR), la tasa de inflación para El Salvador fue de 3.78 %, un 0.63 % menos que en agosto, pero con una diferencia de 3.88 % con respecto a agosto del año pasado (cuando estaba en 7.66 %), cuando empezó a mejorar la economía y a reducirse la inflación. De hecho, El Salvador tiene la segunda tasa de inflación más baja de la región.
Para los hogares salvadoreños, estas son buenas noticias, ya que buena parte de la reducción de precios se refleja en los alimentos, así como en los servicios de electricidad y agua, además del gas propano y el precio estable de los combustibles.
A escala internacional, las perspectivas de El Salvador han mejorado considerablemente al punto de mejorar en un 40 % la calificación de riesgo país, un parámetro internacional utilizado para definir el grado de solidez de las inversiones. Para la revista «Bloomberg», especializada en temas económicos, el país tiene uno de los mejores desempeños en toda Latinoamérica.
Estas perspectivas positivas son gracias al compromiso mostrado por el Gobierno del presidente Bukele con los acreedores internacionales, que han comprobado que el país sigue siendo un destino estable para las inversiones, pero también un socio que cumple sus obligaciones.
Para llegar a esta posición, el Gobierno realizó una compra anticipada de los bonos que vencían este año y otros más cuyo vencimiento es en 2025, lo que mejoró la percepción internacional sobre el riesgo que implica invertir en El Salvador.El país ha logrado recuperar la confianza de los mercados internacionales, mientras dentro de su territorio la economía se estabiliza, apartándose de la incertidumbre que se impuso después de la pandemia por la COVID-19.