El presidente de la república, Nayib Bukele, aseguró que el combate a las pandillas y control del Estado en los territorios devolvió la autonomía a los salvadoreños que por muchos años estuvieron agobiados por las diferentes estructuras terroristas que delinquían a escala nacional.
En su discurso de cuarto año de gobierno, el Jefe de Estado mencionó que las pandillas salvadoreñas eran las más grandes, estructuradas y sanguinarias del mundo y que llegaron a ser tan poderosas que, incluso, especialistas y conocedores de renombre que vinieron a estudiar el fenómeno, aseguraron que era imposible vencerlas.
«Los pandilleros controlaban a quiénes llegaban a visitar a la gente a sus casas, qué organizaciones llegaban a hacer trabajo comunitario, rutas de buses y taxis, si podían entrar los UBER´s o no, qué productos y servicios eran permitidos, ventas de drogas y las ventas en los mercados», indicó el mandatario.
Agregó que las pandillas tenían colaboradores para prestar dinero a comerciantes a los que luego extorsionaban, pero también para mandar niños a cobrar la extorsión.
«Antes vivíamos en la zozobra por una estructura terrorista, eficientemente organizada, con tentáculos en todo el aparato del Estado y con un control casi absoluto del territorio, a excepción de pequeñas burbujas donde vivíamos unos pocos», mencionó Bukele.
El presidente destacó que esos tiempos oscuros quedaron en el pasado y que, en la actualidad, la normalidad de los salvadoreños es caminar a altas horas de la noche en su comunidad, cruzar una calle antes prohibida o jugar en el parque con amigos de otra colonia. «Hasta hace poco tiempo esas cosas sencillas eran impensables en El Salvador», afirmó el mandatario a través de redes sociales.