En su auto, la Audiencia de Barcelona acuerda la libertad del jugador de 40 años «mediante el pago de una fianza de 1.000.000 euros», tras el cual se le retirarán sus pasaportes español y brasileño y deberá mantenerse alejado de la víctima de la violación, por la que fue condenado a cuatro años y medio de cárcel en una sentencia que está recurrida tanto por la defensa como por la Fiscalía y la acusación particular.
A Alves, dice el auto judicial, se le impone la «prohibición de aproximación a la persona de la denunciante a una distancia no inferior de 1.000 metros de su domicilio, lugar de trabajo y de cualquier otro lugar frecuentado por la misma, así como de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento».
La decisión del tribunal se anuncia al día siguiente de la vista en la que se examinó su demanda de salir en libertad mientras se resuelven los recursos, y en la que Alves aseguró que no huiría.
La abogada de Alves, Inés Guardiola, argumentó, entre otros, que su cliente ya cumplió un cuarto de la pena que el tribunal le impuso a finales de febrero – lo que, en caso de sentencia firme, le habilitaría para empezar a tener beneficios penitenciarios – y aseguró además que no se fugaría, indicaron fuentes jurídicas.