Los suicidios en Estados Unidos han batido un nuevo récord. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señalaron en un informe preliminar que, al menos, 49.449 personas murieron a consecuencia de autolesiones intencionales durante 2022, lo que se traduce en 15 muertes por cada 100.000 personas.
En 2021, hubo un aumento significativo en la cantidad de personas que decidieron quitarse la vida, lo cual contrasta con la tendencia descendente de los dos años anteriores. Este incremento continuó en 2022, llevando las tasas de suicidio por encima del nivel más alto registrado en 2018.
En el año pasado, la tasa de suicidios fue de 14,9 muertes por cada 100.000 personas, lo que representa un aumento del 5 % en comparación con el récord previo establecido en 2018, cuando la tasa era de 14,2 muertes por cada 100.000 personas. Esto significa que en tan solo dos años, la tasa de suicidios ha aumentado en un 10 %.
La analista en psicología, Christina Ballinotti, que ha escrito ocho libros relacionados con la psicología y la salud mental en varios ámbitos, subraya que este informe publicado por los CDC debe «encender las alarmas» a la hora de tratar este tipo de condiciones médicas y acabar con el tabú que supone a la hora de abordar el suicidio.
«Es importante saber que el que dice que va a suicidarse lo puede acabar haciendo, por lo que es muy importante prestarle atención», sostiene la experta consultada por la Voz de América.
Muchas veces el suicidio acaba siendo el resultado de no haber tratado un problema de salud mental a tiempo. De hecho, otro informe de la Universidad Johns Hopkins advierte que 1 de cada 4 adultos en Estados Unidos sufre problemas de salud mental. La depresión suele ser el diagnóstico más habitual ya que, según los datos de esa institución, el 20 % lo padece.
«La depresión estaba casi predicha a convertirse en el problema de salud número 1 en el mundo antes de que la pandemia viniera. La pandemia lo aceleró todo y ahora es el problema número en el mundo», explica el Dr. Orlando Moreno, director de servicios de estimulación magnética transcraneal (TMS, en inglés) de la clínica GIA.
Según datos de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH, en inglés) esta enfermedad también afecta en gran medida a la población hispana en el país norteamericano. Un 46 % de los latinos en Estados Unidos han reportado problemas de ansiedad o depresión, por lo que, según la opinión del Dr. Moreno, hay que prestar atención a ciertos síntomas.
«La pérdida de energía, el deseo de hacer las funciones diarias, tristeza o sensación de soledad son algunos síntomas de la depresión o la ansiedad que si no se tratan a tiempo pueden desencadenar en cosas peores», puntualiza el médico.
Estados Unidos se enfrenta a una creciente preocupación relacionada con la salud mental: la depresión y la ansiedad. Estos trastornos afectan a millones de personas en el país, creando una carga invisible que puede tener efectos profundos en la calidad de vida de las personas. En este artículo, exploraremos la prevalencia de la depresión y la ansiedad en Estados Unidos, sus causas subyacentes y cómo la sociedad y el sistema de atención médica están respondiendo a esta problemática.
La depresión y la ansiedad son dos de los trastornos de salud mental más comunes en Estados Unidos. Al igual que los datos de la Universidad Johns Hopkins, el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés), reveló que en 2021, aproximadamente el 20 % de los adultos estadounidenses experimentaron algún tipo de trastorno de ansiedad y que alrededor del 7 % sufrió un episodio depresivo mayor. Estas cifras son alarmantes y señalan una creciente epidemia silenciosa que afecta a personas de todas las edades, géneros y orígenes étnicos.
Según el Dr. Moreno, la depresión y la ansiedad no tienen una única causa, «sino que resultan de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales». «El estrés crónico, los desequilibrios químicos en el cerebro, las experiencias traumáticas, la genética y la presión social son solo algunas de las posibles causas subyacentes», agrega al respecto
Además, eventos recientes, como la pandemia de COVID-19, han agravado estos problemas, a medida que las personas enfrentan aislamiento, incertidumbre laboral y preocupaciones por la salud.
Tratamiento innovador
Este tipo de trastornos relacionados con la salud mental, como podrían ser la ansiedad o la depresión, pueden tratarse con una medicación convencional durante un periodo de tiempo que, en algunos casos, puede alargarse a varios meses o incluso años.
Sin embargo hay otros métodos más innovadores que pretenden revolucionar la medicina relacionada con la salud mental. En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés) dio luz verde a la comercialización del sistema de estimulación magnética transcraneal profunda, lo que se conoce en la jerga médica como «TMS», para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo, sumándose así a otros tratamientos para la depresión y la ansiedad.