Esta ballena fue bautizada como «Tutcetus Rayanens», término que proviene del nombre del faraón Tutankamón, de «cetus», que significa ballena en griego, y de Wadi al-Rayan, la región de Fayum, en el sur de El Cairo, donde fue descubierta.
Es «la ballena basilosáurida más pequeña jamás descubierta hasta hoy y uno de los especímenes de esta especie más antiguos de África», afirmó la AUC en su comunicado.
Su descubrimiento representa una «etapa crucial de la evolución terrestre a la marítima de las ballenas», explica Hicham Salam, miembro del equipo de investigación que halló un cráneo, mandíbulas, huesos y una vértebra de un animal de 2,5 metros de largo y 187 kg.
Durante esta etapa, las ballenas «desarrollaron características propias de los peces, tales como un cuerpo simplificado, una cola fuerte o aletas. Además, muestran los últimos indicios de miembros lo bastante visibles para que puedan calificarse de piernas, que seguramente utilizaban para reproducirse y no para caminar», detalló en el comunicado.
El fósil fue hallado en una parte de Egipto que estaba recubierta por el mar en el pasado, en la que también se encuentra el Valle de las ballenas, donde pueden encontrarse restos de fósiles «valiosísimos», asegura la Unesco.
En agosto de 2021, arqueólogos egipcios ya descubrieron el fósil de una nueva especie de ballena anfibia de 43 millones de años en la región de Fayum.
Con su cola de más de tres metros de largo y unos 600 kilos, la «Fioumicetus anubis», fue presentada por el gobierno egipcio como «la ballena más feroz y más antigua de África».
En 2018, un equipo de científicos descubrió el primer esqueleto de dinosaurio en África, de hace más de 75 millones de años.