El vocablo «arte» tiene una extensa acepción, designa cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad. El término «arte» procede del latín «ars», y es equivalente al término griego «téchne», de donde proviene la palabra «técnica».
La presente columna trata de ver el logro de la rentabilidad en una empresa como la destreza de lograr el fin primario de un emprendimiento humano: lograr obtener utilidades netas luego de un proceso productivo.
Parece un tema sencillo, en estas líneas no se expondrá ninguna teoría al respecto y los términos utilizados serán básicos, más bien se trata de estrategias probadas a través del tiempo en diferentes experiencias empresariales en nuestra región geográfica. Cada experiencia tiene sus particularidades, lo haremos narrando algunos hechos reales para lograr esta tarea que tiene como fin último cualquier actividad humana empresarial.
La última línea del estado de resultados es la que cuenta, esta tiene que ser negra y positiva, todo lo demás es romanticismo. La mayoría de las empresas, de cualquier tamaño, sufre de forma permanente en toda su existencia la obtención de márgenes de utilidades. Esto se debe algunas veces a factores externos que no se pueden controlar, pero las más de las veces es por las acciones internas propias.
La palabra clave acá es productividad, que viene del resultado del logro de la eficiencia y la eficacia de un equipo de trabajo, por consiguiente, la formación de un verdadero equipo de alto rendimiento y su eficaz entrenamiento son vitales para la consecución de esta tarea, que es la fundamental para la sobrevivencia de mi unidad productiva. Si esta tarea no se cumple la vida de mi empresa será corta.
Acá vamos a hablar de cómo obtenemos resultados positivos para la empresa, que se traduzcan en utilidades tangibles que me permitan como empresario seguir en el mercado.
La capacidad que tiene una persona o un proceso para utilizar adecuadamente las herramientas con el fin de lograr los objetivos marcados; ejecutar solo las acciones necesarias, dicho de otra forma, es la facultad para mejorar la utilización de recursos para completar sus objetivos de negocio y lograr el efecto que se desea o se espera.
Primero, tenemos que seguir una secuencia lógica para el buen funcionamiento de nuestra empresa: planificación, organización, dirección, ejecución y control. El plan tiene que ser realista y contener un presupuesto, todo lo que no esté presupuestado no existe. Fundamental en esta tarea es tener un cronograma de actividades y un plan operativo, luego la organización es primordial donde las tareas y las funciones de cada miembro estén bien delimitadas; por consiguiente, el organigrama con sus manuales de funciones y operaciones es básico para que el equipo funcione perfectamente. La dirección debe tener un liderazgo moderno y participativo, que sepa delegar e ir a la vanguardia. No ahogue a su equipo supervisando cada actividad, evalúe los resultados mejor.