El ingeniero de vuelo de la NASA de sangre salvadoreña, Frank Rubio, cumplió ahora un mes de trabajo investigativo sobre la microgravedad en la Estación Espacial Internacional. Esta es la primera vez que un astronauta de ascendencia salvadoreña se encuentra en la estación multinacional.
Descubrir avances en la ciencia para la Tierra es una de sus prioridades; sin embargo, lo que más lo ha conmovido estando en el espacio es mantener la comunicación con su familia. «Poder llamar a mi esposa y mis hijos y saludarlos desde el espacio fue muy especial para mí», comentó a la cadena Univisión en su edición digital. «El segundo día que estuve en la estación pude ver El Salvador, el país de mis padres, desde la ventana», recordó con cariño.

Rubio, como parte de la tripulación de la Expedición 68 a bordo, reorganizó este viernes la carga dentro del módulo Zarya para maximizar el espacio de estiba; una plataforma que contiene herramientas de uso para los astronautas. La NASA explica que el hardware y otras cargas se mueven constantemente por los módulos de la estación para apoyar los experimentos científicos y las actividades de mantenimiento.
«Con las misiones de carga yendo y viniendo en la estación, es necesario que los astronautas lleven la cuenta de dónde está todo y mantengan el equipo ordenado para facilitar el acceso», indica la agencia sobre la agencia sobre los trabajos que ejecuta la tripulación.
Por su parte, la colega de Rubio, Nicole Mann, realizó tareas de fontanería orbital, analizando muestras de agua en busca de microbios e inspeccionando cartuchos de amoníaco. Un día antes, Rubio y Mann trabajaron en probar los conjuntos de suministro de energía en un par de alojamientos para la tripulación, ubicados en el módulo Harmony, de la Estación Espacial Internacional. Rubio comenzó su jueves cargando las baterías del traje espacial y comprobando la energía para el suministro de aire de la nave.
A comer bien en el espacio
Rubio también participa en el estudio sobre los efectos fisiológicos de la comida a bordo de la estación.
Los investigadores están evaluando cómo la dieta actual de los vuelos espaciales se compara con una dieta mejorada llena de alimentos ricos en nutrientes como flavonoides, licopeno y ácidos grasos omega 3. La nueva dieta contribuirá a que los astronautas se adapten mejor al estrés de los vuelos espaciales, indica Douglas. Además, ena entrevista realizada por la NASA en Español en ocasión de los primeros 30 días en la misión de Rubio, el salvadoreño-estadounidense compartió que está ayudando a cultivar plantas. Esto ayudará a que los astronautas puedan alimentarse mejor en futuros viajes a la Luna.
Rubio es parte de la misión Artemisa II, con la que la NASA se plantea llegar de nuevo a la Luna y luego a Marte. «Es un orgullo saber que hay tantos latinos que han hecho grandes cosas por todo el mundo. Para mí, ser una pequeña parte de eso, me siento orgulloso. Si Dios quiere podremos ayudar a la juventud latina», acotó Rubio.
Le dijo adiós a la Tierra
Rubio partió de la Tierra el 21 de septiembre a bordo de la nave Soyuz MS-22, junto a los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin. Su estancia en la Estación Espacial será de seis meses. Su regreso está programado para marzo de 2023.