Las corrientes políticas a lo largo de la historia siempre han pretendido asegurar una forma de gobernanza para determinadas élites dominantes de acuerdo a cada época, sean estas de orden militarista o de sectores de poder económico.
En el caso de El Salvador es totalmente diferente, la fortaleza del liderazgo del presidente Bukele no depende de sectores de poder, sino de una población que en su mayoría respalda sus acciones y su forma de gobernar. Ellos ven en la figura de su líder la esperanza de un mejor país y las respuestas a sus necesidades básicas. El presidente ha sabido conectar con el pueblo y procura responder a la mayoría. Él es un funcionario crítico e innovador que exige respuestas inmediatas y rápidas. Lamentablemente, algunos funcionarios no están a su nivel y retardan respuestas a la población, no procuran hacer cosas diferentes y se acomodan en su caja de cristal. Sin embargo, esto es normal, especialmente cuando hay un nuevo gobierno y se procura romper las estructuras del pasado.
Las corrientes políticas se pueden explicar para diferenciar un partido o movimiento político, estos tienden a conseguir algún tipo de representación en la estructura institucional de poder y de gobierno, sea en el nivel ejecutivo, legislativo y municipal.
En los dos últimos dos siglos, han existido diversas corrientes políticas con diferentes enfoques, uno de ellos fue el liberalismo económico, que dio surgimiento a fortalecer el capitalismo, lo que trajo consigo la explotación de la actividad productiva individual y una marcada diferencia de clases. Otra corriente muy conocida es la marxista, que fue promovida por una clase obrera explotada que usando términos de «comunismo o socialismo» aspiraba a una sociedad sin clases oponiéndose a toda actividad capitalista; luego surgieron los socialdemócratas, los nacionalistas, los peronistas y muchas más, que fracasaron por no saber responder a las demandas de su población ni sacar de la pobreza a los sectores más desfavorecidos.
¿Podríamos considerar el bukelismo como una corriente política? La forma de gobernar del presidente Bukele y la manera particular de abordar los problemas con políticas públicas efectivas están siendo objeto de estudio, no solo por la academia o institutos políticos internacionales, trascendiendo fronteras a tal punto que líderes de otros países han considerado su forma de gobernanza como un modelo a seguir; candidatos presidenciales, a congresos o alcaldías, tratan de proponer las políticas públicas del presidente Bukele en sus plataformas electorales.
Cuando una forma de ejercer las políticas públicas trasciende fronteras y es objeto de estudio por la academia internacional, se considera una corriente de pensamiento político y una filosofía social aplicable a los nuevos tiempos, ya que ejerce una profunda influencia a aspirantes políticos de otros países.
Las acciones políticas del presidente Bukele están centradas en mejorar el acceso a una educación y salud de calidad, una vivienda digna, agua potable, combatir la corrupción, seguridad para la población, impulsar el turismo local y mejorar la infraestructura pública. Su manera de gobernar con independencia política, tanto interna como externa, lo convierte en un líder único en Latinoamérica, que goza, aún después de tres años de gobierno, de una alta aceptación que supera el 90 % de respaldo a su gestión.
El presidente logró captar y entender el sentimiento común entre los habitantes y es que el pueblo se cansó del bipartidismo tradicional que solo buscaba satisfacer los intereses de sus dirigentes políticos y el de las clases dominantes de poder, que solo prometieron grandes cosas, pero al final simplemente se llenaron los bolsillos del erario del pueblo, mantuvieron el control de los medios de comunicación donde se notaba una línea editorial sesgada a favor de los grupos dominantes. La gente se sintió traicionada por esos grupos políticos y expresó su rechazo a esa mala administración pública de clientelismo político que nunca buscó mejorar sus condiciones de vida.
Eso significa que el bukelismo como corriente política y filosófica llegó para quedarse, ser motivo de estudio y un ejemplo a seguir por todos los líderes políticos que aspiran a ocupar un cargo público en Latinoamérica y el mundo.