Durante las fiestas de Navidad y de Año Nuevo se pone muy de moda entre nuestra población el fenómeno del recalentado, en alusión a que los platillos típicos de la época se cocinan en abundancia debido a que se hacen para la familia, para los invitados y los no invitados que siempre llegan a los hogares.
En los últimos días se ha podido ver, leer y escuchar en los diferentes medios de comunicación, ya sean radiales, escritos, televisivos o digitales, las intervenciones de miembros de la oposición política salvadoreña quejarse de que El Salvador —con la llegada del presidente Bukele— vive una «dictadura» debido al Plan Control Territorial, estrategia que logró erradicar en buen porcentaje el fenómeno de las pandillas en nuestro país, a cuyos miembros les llaman «los inocentes».
Por otra parte, se quejan de que en nuestro país atravesamos una «hambruna» debido a los costos de los productos de la canasta básica, y que —según estos señores— es producto de las malas políticas empleadas por el presidente Bukele. No obstante, estos seniles se quejan de recibir pensiones de $3,000.
Lo que no dicen a la población es que hay un fenómeno mundial de desaceleración de la economía y que muy a pesar de ese fenómeno nuestro país no se detiene, en tanto se desarrollan megaproyectos de infraestructura vial, reconstrucción de una buena cantidad de escuelas públicas a escala nacional que ya iniciaron. Según datos oficiales, solo para el presente año se proyecta intervenir unas 1,000 escuelas, lo que representa el 20 % del total de los centros escolares a escala nacional, y con un fuerte componente de inyección en el área educativa. Pero estos señores de la oposición se dedicaron a criticar que se le redujeran $70 millones al presupuesto de Educación.
El recalentado es un fenómeno gastronómico: lo que no logró consumirse se recalienta al día siguiente. Eso mismo hace la oposición salvadoreña al buscar impulsar recetas ya trilladas y que en el pasado fueron promesas electorales, pero que teniendo la enorme oportunidad de impulsar no lo hicieron.
Por parte de ARENA, aparte de que privatizó Antel, nos metió el fraude del siglo que ahora conocemos como las AFP, nos dolarizó con engaños, pues dijo que mediante la Ley de Integración Económica circularían colones y dólares. Señores de ARENA, ¡nos engañaron!; además, simularon una lucha frontal contra las pandillas mediante los planes Mano Dura en sus diferentes presentaciones, y lo último: nos timaron junto con la dirigencia del FMLN al hacer creer a la población la firma de una paz que realmente fue un pacto para consolidar una dictadura con matices de antagonismo izquierda y derecha, donde se repartirían el poder por períodos. Es así como el FMLN llega al poder en 2009 con Mauricio Funes y se le cae el telón de la mentira cuando en 2019 el fenómeno político de Nayib Bukele rompe el paradigma y derrota a las extremas de este país.
El recalentado es ahora una mezcla de quejas, chambres, rumores y frustraciones de los sectores políticos de oposición que ahora recurren a la vieja forma de hacer política mediante la estrategia de tratar de infundir miedo a la población, la que, por supuesto, ya no se cree el cuento; es la única manera que les queda de ofrecer las mismas ofertas electorales con las antiguas estrategias, sin darse cuenta de que la tecnología llegó para quedarse y que muy probablemente lo que conocemos como deuda política pueda desaparecer porque ya no es necesaria.
Se les terminará el negocio a los dueños de los circos partidocráticos anacrónicos y fuera de contexto.