El presidente de El Salvador anunció que enviará un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa que busca eliminar todos los impuestos (sobre la renta, la propiedad, los aranceles de importación y las ganancias de capital) sobre las innovaciones tecnológicas. En estas se incluyen la programación de «software», codificación, aplicaciones en el desarrollo de inteligencia artificial, así como la fabricación de «hardware» de comunicaciones e informática. Con esta medida la proyección para el desarrollo tecnológico en El Salvador es perfectamente consistente con lo que universalmente se postula como la quinta revolución industrial, la cual impulsa la inteligencia artificial (IA), el metaverso, el «blockchain» y los criptoactivos a ocupar el liderato tecnológico en el siglo XXI, cuando la mayoría de los trabajos en todas las industrias serán automatizados y administrados por inteligencia artificial.
Pese a que aún nos encontramos en la cuarta revolución, estamos prontos a llegar allí. Importante tener en cuenta que el concepto de la IA es adversado reiteradamente con teorías conspirativas que dicen que se está creando al monstruo del Dr. Frankenstein que nos llevará al fin del mundo. Según los científicos, existen dentro de la IA un conjunto de componentes tecnológicos que conforman el presente y que habrán de proyectar nuestro futuro: automatización: En el proceso de negocios el uso de la tecnología con menos recurso humano debe tener prioridad, ya que genera eficiencia y rentabilidad. Movilidad: hay más de 5,000 millones de personas con dispositivos móviles en condiciones de integrar una red de inteligencia productiva comunicacional de infinitas posibilidades. Las tecnologías cognitivas: la tecnología se puede emplear para realizar tareas de pensar e innovar que hasta ahora solo las podían hacer los humanos, la tecnología artificial será capaz de procesar tareas humanas y razonar sobre ellas.
En contrapunto, el desempleo es un tema crucial a debatir, que nos plantea la inteligencia artificial. Según estimados, el 18 % de la población mundial, equivalente a 1.2 billones de personas, será desplazado. ¿Seremos capaces de dar ocupación inteligente a ese contingente humano? De hecho, muchos países industrializados ya están reduciendo los días de trabajo semanal a cinco o cuatro. Recordemos cuando Malthus planteó la teoría matemática, que afirmaba que el crecimiento poblacional llevaría al mundo a una gran hambruna, pues no seríamos capaces de producir alimentos suficientes para cubrir la demanda. Eso no sucedió, pues precisamente mediante el desarrollo tecnológico en la agricultura fue posible descubrir métodos de germinación técnica hormonal capaces de conseguir mayores cosechas alimentarias para los seres humanos y los animales.
Es de suponer que mediante la IA será posible sustituir inicialmente los trabajos en la manufactura básica y progresivamente en labores más sofisticadas. Por lo tanto, manteniendo el costo-beneficio como actualmente lo conocemos, entre mano de obra y producción tecnificada con IA, habrá sin duda un significativo ahorro, con mayores ganancias empresariales. Estas harían posible, en primera instancia, financiar la reingeniería y recapacitación de la fuerza laboral en tareas calificadas de mayor ingreso; y, en segunda instancia, mantener un pago remunerado por desempleo para el desarrollo creativo en innovación de esa fuerza laboral. Téngase en cuenta que la tasa impositiva en países nórdicos puede alcanzar 50 % cuando en otros países es 25 %, el diferencial alcanza para sustentar el buen vivir de sus ciudadanos. Es de suponer que la IA compensará en ganancia y rendimiento el costo de la mano de obra desplazada.
La descentralización: es parte de la «tokenización» y se refiere a la evolución de la web.2.0 a la web 3.0, cuya principal característica es la democratización tecnológica, puesto que al basarse en la tecnología «blockchain» no existe centralización, regulación o dominio de su contenido en los criptoactivos como el bitcóin. La era de la convergencia es la etapa en la que la inteligencia artificial genera nuevas tecnologías de gestión y almacenamiento de datos en las supercomputadoras, con datos e información para crear productos y soluciones, aun en nuevos mercados de carácter espacial.
La quinta revolución industrial también nos conduce a un solo sistema monetario, eventualmente a una sola moneda, determinando su valor estrictamente por la oferta-demanda de la economía del futuro tanto en los países más pobres como en los más ricos. Nos lleva a la universalización del sistema monetario, es decir, el dinero será universal, lo cual eliminará el nacionalismo monetario y el Swift de los bancos, ya no habrá dominio de una sola moneda en el mundo, el poderoso dólar perderá hegemonía, y también el dominio de los bancos centrales con su capacidad de manipular el valor de la moneda. El dinero «fiat» será cosa del pasado, ya que este se ratificó después de la Segunda Guerra Mundial en Breton Woods, en 1944, cuando los países ganadores establecieron el patrón oro dándole a la onza troy oro el valor de $35; es decir que el siglo XX fue el siglo del dólar.
Validez universal: la quinta revolución industrial es igualmente válida para los países industrializados como para los países en vías de desarrollo, incidiendo igualmente en sus economías. Se puede argumentar que los criptoactivos como el bitcóin, Ethereum, tether, Cardano, etcétera, en el «blockchain» tienen una mayor volatilidad de mercado comparada con el dinero «fiat» y, por consecuencia, menor estabilidad monetaria, no conveniente. Tal aseveración sería cierta cuando dicha estabilidad fuera considerada con base en un solo criptoactivo, como el bitcóin. Sin embargo, se presume que la estabilidad se logrará con la consolidación mediática de una canasta compuesta por una parte sustantiva de todos los criptoactivos actualmente en circulación que suman cientos. Cuando son colocados en una misma cesta los activos de baja volatilidad con otros de más alta volatilidad, la canasta tiende a estabilizarse en su promedio. Esta mediatización de valor es igualmente válida cuando hacemos el mismo ejercicio con las monedas «fiat» circulando actualmente.
Sabemos que hay países con monedas en alta fluctuación, como el peso argentino o el bolívar, sin embargo, al mezclarse en una canasta con monedas duras como el euro, el marco suizo o la libra esterlina tiende a generar un promedio razonablemente estable.
Un paso relevante es el anuncio de una nueva moneda creada por los países de África del Sur, Brasil, China, Rusia para competir con el dólar y el euro. En el caso de El Salvador, se trata de dar el salto cuántico con la generación de talentos jóvenes, que ahora ya cuentan con computadoras. A escala de Centroamérica solo Costa Rica ha dinamizado un desarrollo puntual con base tecnológica. Sin embargo, El Salvador se adelanta con una nueva política para implantar. Se trata de dar el salto en los próximos 10 años. Para ello es necesario mantener una política de Estado de apoyo irrestricto al desarrollo tecnológico.