Desde diciembre, en la costa salvadoreña comienzan los avistamientos de ballenas. Recientemente se visualizaron algunos ejemplares en la zona del puerto de Acajutla, en Sonsonate.
En ese sentido, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) promueve el cuidado y la preservación de la diversidad de las ballenas que visitan la costa, por lo que desarrolla el Programa Nacional de Conservación de Cetáceos, que unifica iniciativas de conservación para estas especies.
Uno de estos proyectos es Megaptera, el cual desarrolla investigaciones sobre el comportamiento de las especies y estos estudios han permitido identificar que son 56 ejemplares de ballenas jorobadas los que visitan las costas salvadoreñas provenientes del norte del continente.
También Redacción Andrea Alas se han llevado a cabo investigaciones sobre el comportamiento y la supervivencia de los animales. De acuerdo con Luis Pineda, técnico de humedales del MARN, El Salvador es el país de la región centroamericana que más información tiene sobre las colas de las ballenas, que es un aspecto fundamental para conocer el comportamiento y la supervivencia de estos animales, ya que es como una huella dactilar humana.
«En la región, hemos pasado de ser un punto de Centroamérica donde no se conocía nada de información [sobre las ballenas], a ser un referente porque estamos haciendo algo por la conservación de las especies», comentó Pineda.
Recientemente, técnicos del MARN participaron en un conversatorio sobre el corredor azul del Pacífico Oriental y la conservación de las ballenas, organizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés), en el que aportaron información para elaborar un plan de acción sobre la conservación de las grandes ballenas en el Pacífico Oriental.
«Pasamos de no tener casi nada de investigación científica en 2019, porque se sabía muy poco sobre estos animales, hasta ahora, cuando sabemos qué especies vienen al país, con qué temporalidad y frecuencia, cómo se distribuyen y hemos conocido mucho más», indicó Pineda.
Como parte del Programa Nacional de Conservación de Cetáceos, desde 2020 se implementan cinco líneas estratégicas: investigación y monitoreo; educación y concientización; turismo responsable; atención de varamiento, mallamiento y rescate; y gobernanza.