A 19 días de las elecciones municipales y legislativas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debe correr para solucionar los vacíos y errores registrados el pasado fin de semana con el sistema que será utilizado por los miembros de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) para el escrutinio preliminar.
Tras el simulacro, que posteriormente fue catalogado por el TSE como una prueba, los magistrados del ente colegiado admitieron errores en la logística del evento, que en algunos centros de votación fue suspendido a raíz de la demora en el traslado del equipo tecnológico y contraseñas inválidas (lo que se conoce como falta de decodificación del sistema).
Miembros de la Junta de Vigilancia Electoral (JVE) afirmaron que el margen de error en la prueba fue del 93 % en la transmisión de los datos y pidieron una auditoría al sistema. El presidente de la República, Nayib Bukele, señaló en su Twitter que las fallas fueron en el 98. 4 % de las actas.
«Sería totalmente aceptable que hubiera algunas fallas para que se vayan corrigiendo en el camino. El problema es que las fallas fueron en el 98. 4 % de las actas», escribió en un tuit acompañado de las declaraciones del diputado del Partido de Concertación Nacional (PCN), Mario Ponce, en el cual mencionaba «que siempre hay problemas y no es la primera vez» que se presentan fallas en un simulacro.
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«¡98. 4 % de las actas!, ¿cómo puede alguien defender eso?», cuestionó el mandatario en el mismo tuit, que fue publicado ayer por la mañana.
Entre los problemas registrados por la JVE se encuentra la falta de energía eléctrica en algunos centros de votación, máquinas sin sistemas que fueron enviadas a las JRV, llegada tardía de los equipos y contraseñas inválidas.
Frente al panorama, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, aseguró en una entrevista de Canal 10, que el sistema de conteo de votos no funcionó y remarcó que «eso no genera confianza en la población».
«Corregir un 93 % de margen de error a 20 días (19 días a partir de hoy) de las elecciones es muy difícil. El Tribunal Supremo Electoral debería de cambiar el método de conteo para garantizar resultados transparentes», mencionó.
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El pasado 8 de enero, los magistrados del TSE fueron advertidos a través de un informe presentado por Stanley Osegueda, quien era el coordinador de la comisión técnica informática y luego fue removido del cargo, que no se contaba con los insumos y herramientas para utilizar la tecnología en mesa.
«Completar el programa a estas alturas es inviable, ya que el tiempo restante al día oficial de las elecciones, 28 de febrero, es insuficiente para la realización profesional del sistema, en el cual se cuente con garantías de capacitación, seguridad, confiabilidad y óptimo funcionamiento de cada uno de los componentes involucrados en el sistema», reza la carta.
Asimismo, hace del conocimiento del ente colegiado que hay falencias «en el edificio Carbonel, sitio definido para el montaje e instalación de la infraestructura del centro de datos», el cual no cuenta con energía eléctrica, cableado estructurado de datos, aires acondicionados, cámaras de videovigilancia y adecuaciones de tabla roca necesarias.
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A pesar de las observaciones los magistrados decidieron mantener el uso de tecnología en los comicios y debido a ello se registraron fallas durante la prueba.
«En todos los procesos electorales siempre hay fallas en los simulacros y esos simulacros se hacen para corregir estas fallas. En lo que yo tengo de mi vida en los procesos electorales siempre han sido cuestionados los simulacros por fallas, pero esos cuestionamientos llevan otras intensiones», dijo ayer el magistrado, Guillermo Wellman.
Por su parte, la presidenta del TSE, Dora Martínez, sostuvo que se debería considerar el método tradicional para el conteo de votos durante los comicios. La diferencia de opiniones entre los jueces electorales podría generar más problemas al proceso, justo cuando faltan pocos días para que la población asista a las urnas.