Anahí del Rocío Durán de Lobos, cofundadora de la empresa Color Servicios Gráficos, es una exitosa empresaria radicada en San Miguel, y con su esposo, Miguel Lobos, un migueleño, hace nueve años fundaron su empresa, que en la actualidad posee cuatro sucursales.
Este año recibió un reconocimiento como caso de éxito en la novena edición del programa InnovExport, que ejecuta la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador con el apoyo del proyecto de USAID para la competitividad económica, en el que participaron 40 empresas.
Sin embargo, Anahí reconoce que en un momento su empresa no tenía un nivel óptimo de organización y no generaba la rentabilidad que ella creía.
«Hace nueve años fundamos la empresa con una máquina de segunda mano y un poquito de materiales, hasta que nos fortalecimos. Ahora tenemos ocho procesos productivos con un ala comercial e industrial muy fortalecida.
Sin embargo, nos enfocamos mucho en lo operativo y muy poco en lo administrativo. Cuando sentamos nuestras bases por escrito, caímos en un bache al tener muchas ventas, parecíamos hormiguitas locas, nada estaba organizado, teníamos una orden montada en otra», comenta.
En el afán de reestructurar la empresa buscaron una consultoría, y se les presentó la oportunidad de participar en el programa InnovExport; este les proporcionó un asesor. Una vez hecho el diagnóstico de la empresa, Anahí se llevó una gran sorpresa: «Salí ponchadísima», reconoce.
En menos de un año, Anahí, su esposo y sus colaboradores aprendieron a aplicar una cultura de innovación en la empresa a través de un comité que desarrolló un nuevo concepto, trabajar por redarquías, una alternativa que permite aprovechar la creatividad del personal que conforma una empresa.
«Lo que más nos costó fue interiorizar que el poder y la toma de decisiones debían ser compartidas. Comenzamos a ver que estas soluciones desde los equipos de trabajo ya estaban perfectamente comprometidas a realizarlas, ya no se tenía que convencer que era lo mejor para la empresa y que nos convenía a todos, sino que estaban convencidos desde el inicio», señala.
Anahí ve en un futuro a la empresa como una planta industrial trabajando producciones en línea, exportando productos, generando soluciones para el país; y es que considera que El Salvador cuenta con las condiciones necesarias para que una empresa se destaque.
«Soy una fiel creyente de El Salvador y creo que nosotros tenemos algo que otros países no tienen; nosotros siempre hemos logrado cosas grandes y esa valentía de siempre estar adelante, yo sí creo que lo podemos lograr, que lo debemos lograr», comenta.