«¡Vamos a darnos cuenta de que juega con los nuestros!», se emocionaba este domingo uno de los numerosos hinchas del París Saint-Germain que acudió al estadio Parque de los Príncipes para el estreno como local de Lionel Messi en su nueva casa, este domingo ante el Lyon.
«Cuando el speaker diga Lionel, todo el mundo gritará Messiiiiiiiii. Eso es algo fantástico», afirmaba Carl Pelletier, un aficionado de 39 años que vive en Brasil pero que está de vacaciones en París y que acudió al estadio con su padre.
Explicó que la camiseta con el nombre de Messi y el número 30 le costó 164 euros (192 dólares).
«En la tienda de los Campos Elíseos era la última. Se la quité al maniquí de la tienda", sonríe.
En el plano deportivo, confía en «la conexión con Neymar, al que conoce ya del Barcelona, y con (Ángel) Di María, con el que juega con Argentina».
Carl tenía razón. En cuanto la animadora de la megafonía del estadio anunciaba antes del duelo que "Messi va a realizar su estreno como titular» como local, los aficionados aclamaban, vibraban, gritaban.
Messi había jugado dos partidos antes con el PSG, en Reims y Brujas (Bélgica), pero en ambos casos como visitante. Ahora le tocaba el esperado estreno en casa.
De niños a abuelos
El «¡Messiiiiiiiii!» resonó con fuerza en las gargantas de los aficionados cuando se anunció por los altavoces los onces de los equipos, en un Parque de los Príncipes lleno y vestido de gala para una jornada histórica.
Lohane y Alexandre acudieron al partido como forma de festejar un año de amor en su relación.
Lohane Petit, de 21 años y esteticista experta en el cuidado de las uñas, lució la chaqueta roja que recibió como regalo de aniversario. «Estoy muy contenta de que haya coincidido con el estreno de Messi", afirmó, sin dejar de llevar en todo momento una mascarilla de color rosa.
«Es un placer ver a Messi en vivo. Ya vi a Zlatan (Ibrahimovic)», contaba por su parte Alexandre Blado, vestido del PSG, sobre uno de los ídolos anteriores de su club.
El efecto Messi seduce en París a todos los hinchas, desde los niños a los más veteranos.
Hamdy (13 años) acudió con dos amigos, Leny Adam y Marko, de su misma edad, y con su hermana mayor, su madre y su abuelo. Todo ello con la 'entrada júniors', que permite el acceso a dos adultos con cuatro niños.
Los adolescentes, desplazados desde Châtillon (periferia sur de París), estaban visiblemente eufóricos con la perspectiva de ver a Messi en acción. «Es algo demasiado bueno», afirmaba Hamdy, con el pelo teñido de azul.
«Una leyenda»
«Resulta extraño pensar que el mejor jugador del mundo está en nuestro equipo. Es una leyenda y es la primera vez en mi vida que voy a verle jugar», decía Marko.
En los alrededores del estadio, antes del partido, dos estadounidenses de origen argentino, Gastón y Elvira, celebraban su aniversario de boda. Están en París de vacaciones y también querían vivir este momento.
Vestidos con la camiseta albiceleste de la selección argentina, salían de la tienda del club en el vecino estadio Jean Bouin, luciendo bufandas al cuello. Habían comprado una camiseta de Messi para el padre de Elvira, reveló Gastón.
Este ingeniero de 35 años soñaba «con ver a Messi antes de que se retirara y esto es una oportunidad».
Elvira, de 33 años, está «muy feliz por poder ver a este jugador maravilloso».
En la tienda del club, los vendedores tienen prohibido hablar de cifras de ventas a los periodistas. «Pero hemos grabado muchas» camisetas, admitía uno de ellos, mientras sostenía la máquina para plasmar en una de ellas una M, una E, dos S y una I.
