Una avalancha de dólares produjo Estados Unidos en el último año, a causa de los estímulos impulsados por el gobierno del presidente Donald Trump, para paliar los efectos de la crisis económica provocada por la pandemia.
El paquete de estímulos de la mayor economía del mundo incluyó el envío de sustanciosos cheques a los trabajadores o generosos créditos a empresas.
Al gasto fiscal de las arcas públicas se sumaron los esfuerzos de la Reserva Federal para mantener la liquidez del sistema bancario para que las entidades pudieran seguir prestando.
El gobierno y el banco central imprimieron dinero a una velocidad sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos.
Tanto que solo de enero a noviembre de este año, la oferta monetaria de Estados Unidos ha crecido casi un 24 %. Según datos de la Fed, el volumen de dólares ha pasado de $15.3 billones a finales de 2019 a $19.1 billones a finales de noviembre, detalla una publicación del periódico digital «BBC Mundo».
El crecimiento del dinero, que suele ser un proceso lento y constante, se desbordó a lo largo del año.
Olivia Álvarez, analista de la firma Monex Europe, considera que el dólar está atravesando una fase cíclica de debilidad, similar a la depresión relativa durante la década de los setenta, inicios de los noventa y la gran crisis financiera a finales de 2000.
En algunos países de la región, los efectos se notarán con fuerza, otros tienen tantos desafíos encima, dicen los expertos, que una bajada del dólar de entre el 10 % y el 15 % contra sus divisas no va a tener impacto alguno.
Incidencia del dólar en Latinoamérica

EL SALVADOR, ECUADOR, PANAMÁ, LOS DOLARIZADOS
Con las cifras delante, está claro que hay una mayor cantidad de dólares dando vueltas en la economía.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el 62 % de todo el dinero en circulación en el mundo tiene denominación en dólares. Un pequeño porcentaje de esta cifra corresponde a las economías dolarizadas.
Panamá adoptó el dólar en 1904, poco después de su independencia de Colombia. Casi un siglo después, Ecuador y El Salvador siguieron su ejemplo en 2000 y en 2001, respectivamente.
Joseph Mouawad, gestor de renta fija emergente de Carmignac, considera que Ecuador se beneficiará mucho de la debilidad del dólar y de los precios del petróleo. Sin embargo, enfrenta cierta incertidumbre política.

ARGENTINA
Uno de los factores que mantiene la economía argentina bajo el yugo es su excesiva dependencia del dólar y el volumen de deuda pública emitido en esa divisa, en lugar de en pesos.
Ahora que el dólar cae, es fácil plantear se cómo puede afectar esto a la parte de su deuda denominada en moneda fuerte.
La especialista en mercados emergentes de M&G Investments Claudia Calich considera que uno de los desafíos que tiene Argentina en este momento es el debilitamiento del dólar, que va desde el 10 % al 15 %.
«Un dólar débil ayuda a Argentina hasta cierto punto, pero aún faltan la combinación de políticas y de credibilidad para que se dé una recuperación sostenible», opinó Joseph Mouawad.

CHILE Y VENEZUELA
Chile, el primer productor de cobre del mundo, debería verse beneficiado por la reactivación de la economía china, pero también por la depreciación del dólar.
«Esto tiene que ver más que nada con que China y el resto de los países de Asia, que son grandes consumidores de cobre, han vuelto a comprar», dice Villarroel.
Para el caso de Venezuela, los economistas coinciden en que los problemas que arrastra son demasiado grandes para que algo así enderece sus indica dores económicos.
«Venezuela tiene una situación muy especial, incluso más que Argentina. La depreciación del dólar no ayudará realmente a la situación allí. Mientras las sanciones de Estados Unidos sigan en pie, lo que haga el dólar es más o menos irrelevante», cree Mouawad.