Europa es una categoría política que empezó siendo una idea, según la cual los pueblos situados al Occidente, próximos a las montañas de los Balcanes y al mar Negro, estaban llamados por el destino o por fuerzas superiores a someter a todas las sociedades situadas al Oriente, que eran consideradas como pueblos bárbaros y atrasados.
Esta es la confrontación que encontramos bastante delineada en la guerra de Troya, la cual, más o menos realizada unos 600 años antes de Cristo, enfrentó a los pueblos aqueos (griegos) con sede principal en la ciudad de Micenas. Por el Asia irredenta se encontraban los pueblos teucros, o domadores de caballos, como los llama Homero en «La Ilíada». Esta guerra por el libre comercio de las mercancías del occidente griego y su paso al mar Negro asiático duró más de 10 años y terminó con la destrucción de Troya.
Siglos después, el poeta Eurípides, uno de los grandes trágicos griegos, escribió «Las troyanas», en la cual el autor examina la guerra a través de los ojos de las mujeres de Troya: Hécuba, Casandra, Andrómaca. En uno de sus diálogos, una mujer dice: «Desarraigada, arrancada al Asia, tendré que vivir y morir en Europa, lo cual quiere decir en el infierno». Aquí está planteada la confrontación de lo que venimos hablando, y aparece el Occidente sometiendo al Oriente asiático.
Grecia ejerció su imperialismo de una manera brutal y salvaje. El perfil de Occidente se fue definiendo posteriormente en relación con el aparecimiento de las metrópolis y las colonias, en un escenario de exuberante desarrollo del comercio internacional. En este, el Oriente era el mercado y también la fuente de materias primas. Esta es la época en que el capitalismo, después de haber aparecido vigoroso en los países bajos europeos, se instala en Inglaterra, que llega a ser la mayor potencia de su época. Sus barcos descubren y someten para el imperio británico las islas del Pacífico Sur, se instalan en el inmenso territorio de Australia y en las islas de Nueva Zelanda. Y pasan a controlar colonialmente al subcontinente de la India. Este es el momento de mayor esplendor del control occidental sobre Asia, que llegó, incluso, a imponerle a China la mercancía del opio para hacer negocio de la compraventa de esta sustancia.
En estos momentos, Occidente, es decir, Europa y Estados Unidos, eran el mayor poder económico, político y militar del planeta. Pero ese poder nunca logró controlar y mucho menos someter al imperio ruso, dueño de ingentes riquezas y de grandes poderes.
Cuando en esa Europa, violenta y brutal, se construye el fascismo, teniendo como base a Alemania, los europeos consideraron llegado el momento para someter a Rusia, convertida en la Unión Soviética. Por eso, en junio de 1941, Europa, junto con las tropas nazis alemanas, invade a la URSS. Este era un momento de logros y esperanzas; al fin, se decía, la Asia, rica pero rebelde, sería finalmente sometida y civilizada. En realidad, se trataba de una especie de guerra de Troya moderna, en un esfuerzo concertado europeo y aparentemente definitivo. Al final, todos estos sueños fueron vencidos porque Europa es derrotada y la URSS ensancha su poderío. Durante los años que siguieron a la Segunda Guerra, Europa pasó a convertirse en colonia estadounidense y Washington pasó a controlar económica, política y militarmente a la región europea; mientras tanto, en China triunfaba la revolución dirigida por el Partido Comunista y cruza un proceso político de construcción de una nueva economía, un nuevo poder, una nueva educación y una nueva sociedad. En Vietnam se desarrolla vigorosamente la lucha de liberación y los franceses son derrotados en Dien Bien Phu, en 1954. Se inicia la guerra de Argelia contra Francia y se acentúa el control estadounidense sobre su colonia europea.
Cuando se produce el derrumbe de la URSS, China había ya iniciado su proceso de incorporación al capitalismo y Europa celebró el encuentro en el mercado capitalista con los rusos y los chinos. Los mejores pensadores europeos entendieron que este era quizá el mejor momento de su historia porque, al fin, tendrían bajo su control al Asia, dueña de inmensas riquezas y recursos.
El capitalismo se desplegó en todas sus variantes y Occidente invadió al Oriente con sus mercancías, empresas, tecnología, negocios múltiples, con su estilo de vida, y todo el antiquísimo sueño parecía avanzar vertiginosamente. Sin embargo, se trataba de apariencias. El viejo sueño occidental de colonizar el Asia y lograr su dependencia total de Occidente estaba funcionando, ante las narices de los propios europeos, en un sentido inverso. Cuando Europa se instala en las casas y los mercados asiáticos también el Asia se instala en los mercados y las viviendas europeas, y al final, en el saldo resultante de esa nueva relación apareció la dependencia europea con respecto a Asia. Los colonizadores resultaron colonizados.
Este desenlace determinó que Europa usara de nuevo el expediente que ya había usado con Hitler y Alemania, y de nuevo montaron contra Rusia un cerco fascista, reviviendo a Hitler, sus métodos y su filosofía, reeditando la invasión de 1941.
Este capítulo ha generado los presentes acontecimientos, en donde la Europa que invitó alborozada a Asia a incorporarse al mercado capitalista hoy decide expulsar a Rusia de ese juego capitalista y convierte las finanzas en arma política, destruyendo todo el sueño capitalista que construyeron en el pasado. Pareciera que ya entendieron que sus pequeños estómagos no pueden digerir una comida del tamaño de Asia, y han decidido, aparentemente, que esta región constituya un bloque independiente del europeo.
A estas alturas, Estados Unidos se mueve a la defensiva y pasa a disputar con desventaja los territorios políticos, como los del golfo Pérsico, que siempre consideraron de su propiedad y bajo su control. Esto es lo que arroja la reciente visita del presidente estadounidense a la zona. Aquí se confirmó que tanto China, Rusia e Irán son, hoy por hoy, las fuerzas más influyentes en esa región, que había venido siendo un patio estadounidense por antonomasia.
Todo indica que Occidente ha perdido el control político, económico y militar que por siglos ejerció brutalmente sobre el mundo y esta es una muy buena noticia. Europa es el niño perdido en esta tormenta que puede morirse de frío en el próximo invierno.