Tras la Independencia patria, en 1821, los diferentes gobernantes salvadoreños no tuvieron una oficina estatal que fuese sede del Ejecutivo, eran sus residencias particulares las que servían como despacho presidencial, allí era donde se tomaban decisiones importantes y se firmaban documentos históricos.
Fue hasta 1877, cuando estuvo en el poder Rafael Zaldívar, que se levanta una edificación en la esquina de la actual 4a. calle oriente y 6a. avenida sur, donde hoy se encuentra el excine Libertad, la cual fue llamada «Casa Blanca», y utilizada como residencia y oficina presidencial.
A partir de 1894, el despacho oficial y residencia principal pasó a estar ubicado en la esquina sobre la calle Delgado y la 8a. avenida norte, frente al mercado ex-Cuartel. Durante la administración del presidente Manuel Enrique Araujo se nombra definitivamente a esta casa como sede ejecutiva.
En 1911, Araujo emitió un decreto con el que se autorizaba la adquisición de una propiedad llamada «Quinta Natalia», ubicada en el Barrio San Jacinto, al sur de la Ciudad Capital, donde se construiría la Escuela Normal de Maestros.
Debido a la muerte de Araujo, toma el poder Carlos Meléndez quién modificó el destino original de la quinta, y el 21 de septiembre de 1913 se coloca la primera piedra para la Escuela Normal de Varones. Sin embargo, dada la Primera Guerra Mundial y los daños sufridos por terremotos, la obra que estaba construyendo el ingeniero Luis Fleury y el arquitecto italiano Gino L. Zaccagna se retrasó.
Fue hasta 1921 cuando se termina la construcción del edificio, y en 1924 comienza a funcionar como la Escuela Normal de Varones, dirigida por los pedagogos alemanes Peter Bock y Erich Loll. Aunque existen rastros que indican que la zona era habitada, desde la época precolombina, por numerosas piezas arqueológicas que se han encontrado.
En 1931, tras el derrocamiento del presidente Arturo Araujo, asume el poder el general Maximiliano Hernández Martínez, quién instaló provisionalmente su despacho en el cuartel «El Zapote» y, posteriormente, ese mismo año, decide trasladar la oficina presidencial al edificio de enfrente, es decir, a la Escuela Normal de Varones.
A partir de ese momento, la escuela se convirtió en la Casa Presidencial de muchos dirigentes, hasta el año 2001 a causa de los terremotos que la dañaron severamente. Con el paso del tiempo, ha sido restaurada, y, en la actualidad, en su interior alberga a la Casa de la Cultura de San Jacinto y la Sala de exposiciones San Jacinto. En esta última se encuentra una sala de exhibición permanente y las otras salas son para exhibiciones temporales.
La casa y su infraestructura
La ex-Casa presidencial fue construida con un diseño combinado entre lo clásico y el Art Nouveau. Es una joya arquitectónica nombrada Patrimonio Cultural Edificado.
La fachada posee al centro un elemento sobresaliente a manera de pórtico el cual se convirtió en un balcón presidencial. Sobre el mismo se observan diversos mascarones que decoran al pórtico.
En ambos lados del acceso principal, sobre las ventanas, se encuentran labradas las palabras en latín «ars» y «labor», que significan arte y trabajo, respectivamente. En la fachada, pero a sus costados, se puede observar las letras «ENM», siglas pertenecientes al nombre Escuela Normal de Maestros.
En el interior se encuentra de frente un patio central, de forma cuadrada, donde convergen diferentes salones de la casa. En la puerta se repiten los motivos decorativos del frente, y en cada manecilla se observa el escudo de El Salvador. Asimismo, se aprecian elementos decorativos de barandas y pasamanos que asemejan delicados encajes de metal.
Cada presidente que habitó la casa intentó darle su toque personal con diferentes remodelaciones, entre ellas alfombras, papel tapiz, o aumentando la colección de cuadros artísticos. Algunos que sobresalen en el inmueble y que aún se conservan de manera original fueron pintados entre 1957 y 1959 por el artista chileno Luis Vergara Ahumada, con la guía histórica de Jorge Lardé y Larín, durante la administración de José María Lemus.
La casa tiene en su primera planta cuatro salones principales, y nueve salones de menor tamaño. En la segunda planta, se encuentran seis salones principales y cinco espacios de menor tamaño. Cada salón principal tiene una historia propia, la cual será detallada en la siguiente entrega.
La imponente arquitectura
El inmueble, que se ha convertido en una sala de exposiciones, es de arquitectura rectangular. Su entrada principal se encuentra al sur. En sus muros exteriores e interiores se puede observar la armonía con la cual se han colocado elementos arquitectónicos, estructurales y decorativos, con diversos componentes que, a simple vista, no son percibidos, pero que si se centra la mirada se pueden disfrutar. Estos son algunos detalles arquitectónicos que posee la entrada principal de la casa y que merecer ser observados:
1.Pilastra con capitel corintio
Llamadas así a las cuatro columnas que sostienen la terraza delimitada por una balaustrada. Este es el toque con el cual se logra romper la simetría de la edificación.
2.Mascarones
En arquitectura son llamados así a los rostros creados de piedra u otro material. En la casa se pueden ver cinco rostros con facciones griegas y romanas.
3.Arco rebajado
La edificación posee tres arcos rebajados. Este tipo de arco es característico del arte romano.
4.Pórtico
El pórtico es toda la parte de la galería de columnas que se extiende desde la fachada, el cual está constituido por arcos rebajados y columnas rectangulares con capiteles corinto.
5.Arquitrabe
Muy propio de la arquitectura clásica. Se le llama así a la parte inferior que se apoya directamente sobre las columnas. Su función es servir somo sostén del muro superior.
6.Balcón y balaustre
Sobre el pórtico, en el segundo nivel, se encuentra un balcón, el cual durante años se catalogó como el balcón presidencial. El mismo está decorado por balaustres, es decir, las pequeñas columnas que juntos a los barandales forman el balcón.