Por Roberto Carbajal, actor / De crítica
Tres personajes, Nino, Nina, Néné, llegan a un hotel como detenido en el tiempo, exploran lo que tiene a su alrededor, una habitación como cualquier otra, pero donde se revelan sueños, deseos, frustraciones que quedaron para después. Un cuarto personaje: la muerte, quien mueve los hilos. Todos tienen un punto en común, no saben realmente quiénes son, de dónde vienen y cómo llegaron ahí. Están en un limbo, un aire de «A puerta cerrada», de Jean Paul Sastre, donde los personajes están encerrados en el infierno, lo existencial y la diferencia entre estar muerto o vivo está presente.
En el hotel de las maravillas se quedaron con sus deseos antes de llegar aquí. Nino sin dejar ninguna sorpresa revela su homosexualidad, su deseo de coronarse rey (reina) en un llano deseo, pero que va más allá. Nina una mujer violentada, víctima de violencia de género, quien lucha por el bienestar de su hija. Néné, una colegiala que sufre bullying por su homosexualidad. Estos son los temas presentes en esta pieza dirigida y escrita por Jorge Ávalos.
La trama transcurre hasta que cada uno de los personajes junto con la muerte declaran sus pasados y lo que sufrieron, desean volver a la vida pues están en transición. La escena de la homosexualidad entre la colegiala y la muerte con una forma muy simbólica de representarla, aunque se debió advertir que la obra es a partir de 18 años.
El conflicto se presenta hasta las últimas escenas y van al interior de cada personaje, pero se vuelven colectivos pues son similares. La escena con los auriculares no se vincula con el desarrollo de la trama y algunas escenas quedan en penumbra por el no uso de las luces frontales que no da lugar a ver la expresividad de lo personajes, se resalta más el decorado del fondo del escenario.
El desenlace queda abierto, pues deja una sensación que los protagonistas vivieron un ensueño en su estado de coma y posiblemente transcienden sin haber cumplido sus anhelos. Como imagen final yacen sobre un diván del que probablemente no se levantarán jamás.