Con su tradicional sombrero, su inseparable guitarra y todo el carisma, sarcasmo y talento que lo caracterizan, el comediante mexicano, Franco Escamilla, hizo estallar de risas y carcajadas a miles de salvadoreños que se dieron cita en las tres funciones ofrecidas este pasado miércoles 19 y jueves 20 de octubre en el Teatro Presidente, en San Salvador.
Escamilla visitó tierras salvadoreñas, por segunda ocasión, como parte de su nueva gira llamada «Gaby», en la que presentó su material más nuevo en formato de comedia «stand up». La primera presentación se realizó la noche del miércoles.
El show contó con la participación, en la apertura, de la comediante Gabriela Rivera, quien encendió la chispa de la alegría con todo su talento, el cual arrancó aplausos y ovaciones por parte de la audiencia. Gabriela supo ganarse al auditorio, demostrando que en el país el arte de la comedia va por buen rumbo.
Un monólogo personal para reírse de uno mismo
Tras la excelente presentación de la salvadoreña Rivera, el show dio paso a la llegada de Franco Escamilla, quien, durante casi dos horas y media, hizo reír a toda la audiencia presente en el Teatro Presidente, con un monólogo en el que remarcó varios aspectos de su juventud y de las vivencias que ha tenido junto a su esposa, Gaby, quien da nombre a la gira.
Entre anécdotas de amor y desamor en la adolescencia, así como también remarcando lo importante que ha sido el apoyo de su esposa a lo largo de su vida y su carrera artística, Escamilla deleito a los miles de asistentes al show, quienes no pararon de reír ante las ocurrencias y las anécdotas del comediante.
Uno de los detalles importantes de esta gira es el toque personal que Escamilla ha dado a su espectáculo. «Esto es parte de lo que me ha recomendado mi psicólogo», remarcó en varias ocasiones, asegurando que, en un proceso en el que ha buscado ayuda profesional para varias circunstancias de su vida, ha encontrado también un aire de frescura para sus presentaciones, hablando sobre parte de su vida y de las vivencias que ha superado poco a poco.
En este sentido, entre la alta dosis de buen humor, Escamilla se tomó unos minutos para remarcar la importancia de la salud mental y de perder el miedo a buscar ayuda profesional para manejar aquellas situaciones emocionales que pueden salirse de nuestro control.
Sin embargo, como en todo show de Escamilla, las partes series son un interludio de un estallido de risas y carcajadas, provocadas por las anécdotas de un comediante que, en cada una de sus historias, logra conectar con la audiencia a través de vivencias en las que los oyentes se sienten identificados y que forman parte de nuestra vida cotidiana.
No podía faltar el «Cabareteando»
Otro aspecto importante de la noche fue el espacio para el tradicional «Cabareteando», un espacio que se ha vuelto una marca registrada de los últimos shows de Escamilla y en el que el comediante abre el micrófono para interactuar con la audiencia y conversar con los asistentes, lo que se convierte en una fuente de risas que le dan un toque particular a la presentación.
En las tres funciones, Escamilla vivió momentos amenos al interactuar con los salvadoreños que asistieron al show, conociendo historias muy particulares, sobre todo, relaciones al amor, desamor y las amistades puestas a prueba de fuego ante situaciones que exigen alta lealtad. Las historias también agradaron al público, quienes no perdieron oportunidad para agregar sabor y picante en cada interacción.
Una ovación para cerrar las noches de buen humor
Para finalizar las presentaciones, Escamilla se tomó un espacio para presentar una canción compuesta para su esposa y en la que agradece el apoyo que le ha brindado todos estos años. Con una melodía bastante emotiva y una letra en la que el comediante recordó momentos muy significativos, el show cerró enfatizando una moraleja: cuando se encuentra a una persona que nos valora y nos ame a pesar de nuestros defectos y problemas y, sobre todo, que nos impulsa a ser mejores, entonces hemos hallado ese ser por el cual vale la pena entregarlo todo.
Sin embargo, como es una de sus marcas personales, la presentación no podía terminar sin que, guitarra en mano, Escamilla pusiera al público a cantar su popular canción «Sin Rencor».
«Ojalá que en tu casa se te vaya la luz y que te falte el agua… Que cada vez que sonrías te salgan espinillas y granos en las nalgas… Que ya nadie te quiera, que te quedes calva… Pero que quede claro que yo no te guardo rencor», cantó Escamilla, coreado por toda la audiencia al momento de finalizar el show, el cual cerró entre aplausos, ovaciones y todo el cariño que el público salvadoreño entregó al comediante.
Tras las presentaciones, este viernes por la mañana, Escamilla publicó un tuit en el cual agradeció el cariño de los salvadoreños y destacó las historias que encontró en el Cabareteando que incluyó en sus tres shows en El Salvador. Al final del tuit, Escamilla colocó el hashtag #LoboChero, retomando el vocablo salvadoreño que denota amistad y uniéndolo con otro de su performance: «Lobo López», en una clara muestra de cariño y conexión con los salvadoreños.