El presidente Nayib Bukele lanzó, desde las obras en construcción del Complejo Educativo Doctor José Ciro Brito, en el municipio sonsonateco de Nahuizalco, una ambiciosa e integral reforma educativa que incluye infraestructura nueva, el cambio del currículo educativo, el equipamiento de tecnología y la atención desde la primera infancia, además de fortalecer los programas de formación de maestros y garantizar la salud y la nutrición de los estudiantes.
De hecho, uno de los primeros anuncios del presidente Bukele fue que se construirán 5,150 nuevos centros educativos en todo el país.
Con el lanzamiento de Mi Nueva Escuela, el Gobierno busca superar una de las deudas históricas más grandes dejadas por las administraciones anteriores de ARENA y del FMLN, que no solo no hicieron nada, sino que agravaron los problemas. Mencionó, por ejemplo, que el último gobierno efemelenista —dirigido por el profesor Salvador Sánchez Cerén, ahora prófugo y nacionalizado nicaragüense para huir de los cargos por corrupción en su contra— prometió destinar el 6 % del PIB a la educación, pero que hasta el cierre de su administración se quedó en el 3.7 %. Ya con el primer presupuesto de la administración Bukele, la inversión en educación subió al 4.1 % y en este año es del 5.1 %, con miras a seguir creciendo.
Las pruebas de destinar más recursos a la educación están a la vista, con la distribución de computadoras y laptops a alumnos desde cuarto grado hasta bachillerato y también a los profesores.
El presidente también anunció la elaboración de la literatura para la primera infancia con la colección Árbol de Vida, de la que forman parte libros como «Crecer leyendo» y «Texturas de mi tierra», impulsados por la primera dama de la república, Gabriela de Bukele, y creados por artesanos salvadoreños para ser leídos por alumnos salvadoreños.
Mi Nueva Escuela es la contraparte de la guerra contra las pandillas, un esfuerzo que nunca hicieron los gobiernos pasados. Ahora, gracias al Plan Control Territorial y al régimen de excepción, más de 52,000 delincuentes y colaboradores de grupos terroristas están en prisión. El esfuerzo actualmente es atajar el problema social que originó el surgimiento de las pandillas. Con mejor educación, los jóvenes estarán lejos de la exclusión que empujó, en el pasado, a muchos adolescentes a buscar refugio en estructuras que terminaron creando el gran problema de inseguridad que solo ahora se empieza a resolver.