Un 17 de noviembre de 1977, el salvadoreño José Martínez, inició el viaje más importante de su vida, para convertirse en piloto de aviones comerciales.
El capitán Martínez recuerda que esa fecha marcó su vida, porque fue cuando por primera vez piloteó un avión de hélice, y luego de tres aterrizajes sin contratiempos su instructor le certificó que podía volar.
Así comenzó la vida de este piloto en el mundo de la aviación, en donde trabajó por más de 46 años, y en los cuales sirvió con mucho orgullo a la aviación de El Salvador, y de la región.
El piloto salvadoreño estima que en su trayectoria movilizó alrededor de 1.1 millones de personas hacia diferentes destinos, en más de 6,363 vuelos efectuados en su carrera, los cuales suman 35,000 horas de vuelo.
«Tengo la ilusión de seguir contribuyendo a la aviación salvadoreña hasta que Dios me lo permita y mis jefes lo quieran. […] si yo volviera a nacer volvería a estudiar aviación».
El amor de Martínez por los aviones inició en su época de estudiante, cuando viajaba en bus y observaba el Aeropuerto Internacional de Ilopango. En ocasiones, visitaba ese aeródromo, desde cuyos ventanales veía cómo se desplazaban los aviones. Ahí fue donde nació un sueño, que más tarde se convirtió en realidad.
El camino no fue fácil, pero la dedicación siempre fue una de sus virtudes. Antes de convertirse en el piloto reconocido, que es a la fecha, fue oficial de rampa en el Aeropuerto Internacional de El Salvador, cuando la terminal únicamente tenía solo cuatro posiciones, después fue instructor de vuelos, y además se desempeñó como piloto de taxi aéreo.
Toda esa experiencia le valió para que en 1985 comenzara a trabajar en la aerolínea comercial Taca; y en 2018 pasó a ser parte de Vuela El Salvador, de Volaris, la aerolínea de bajo costo, que ahora vuela con bandera salvadoreña.
Luego de muchos años al servicio de los turistas, el 13 de marzo se retiró tras haber cumplido sus años de vuelo según las normas internacionales de aviación.
Uno de los aspectos más memorables de su largo viaje en el mundo de la aviación ha sido el cariño de la personas, de sus jefes y, sobre todo, la satisfacción de poder unir familias y conectarlos con diferentes destinos.
«Me siento contento, me he retirado satisfecho, con un folder limpio, nunca tuve problema de aplazar un vuelo ni algún otro inconveniente», relató.
Para Volaris El Salvador es un privilegio que el capitán Martínez sea parte de la aerolínea, aseguró Ronny Rodríguez, director de reputación y desarrollo cooperativo de Volaris.