En 2016, en medio de un recrudecimiento de la violencia en el país, los Cuerpos de Paz de Estados Unidos se retiraron de El Salvador. Los niveles de inseguridad eran tan altos que ponían en riesgo la vida de los voluntarios que trabajan —en todas las regiones en las que están desplegados— por promover la salud, la educación, el turismo, la agricultura y la superación de los jóvenes.
Ayer, el embajador de Estados Unidos en El Salvador, William Duncan, y la ministra de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill, suscribieron el convenio para reactivar las misiones de los Cuerpos de Paz en El Salvador.
Con esto se supera el nefasto legado de ARENA y del FMLN, que hicieron de El Salvador la capital mundial del crimen. Con más asesinatos que bajas en una zona de guerra, el país estaba bajo el control de las pandillas, que campeaban con total impunidad por todo el territorio nacional. En los gobiernos de ARENA surgió el fenómeno de las pandillas, el cual creció y se fortaleció cuando sus socios del FMLN llegaron al poder y pactaron con estas estructuras criminales a cambio de apoyo electoral.
Con la llegada del Gobierno del presidente Nayib Bukele se implementó el Plan Control Territorial para declararles la guerra a las pandillas. Sin embargo, los aliados de las maras boicotearon el financiamiento para mejorar las condiciones de la Policía y del Ejército, en un intento de proteger a los delincuentes que en el pasado les ayudaron a conseguir votos a costa de la sangre de ciudadanos honrados.
No fue hasta que el pueblo salvadoreño relegó a la irrelevancia a ARENA-FMLN y sus socios legislativos que los planes contra las pandillas pudieron echarse a andar. Uno de esos componentes —el régimen de excepción— ha dado las herramientas legales para que los mareros y colaboradores de las estructuras criminales que han sido detenidos sean enviados a prisión, devolviendo con ello la tranquilidad y seguridad a las comunidades.
Es precisamente esa seguridad la que ahora está reconociendo el Gobierno de Estados Unidos al traer nuevamente a los Cuerpos de Paz a El Salvador, que ahora, con el Gobierno del presidente Bukele, vive el mayor nivel de seguridad de su historia.
Gracias a este hito, el país ha logrado convertirse en sede de importantes eventos internacionales, como varios campeonatos de surf y, al final de este año, Miss Universo. Esta es la seguridad que los salvadoreños disfrutan y que es reconocida internacionalmente.