Entre las elecciones internas de unos partidos políticos y la presentación de candidatos de otros, el proceso electoral inició ayer con ofertas de todo tipo. En redes sociales, no tardaron en aparecer aquellos que tienen la bilis a punto de reventar, ya sea por no tener la posibilidad de participar o por estar en desacuerdo con los candidatos elegidos. Tal es el caso de ARENA, donde hay un malestar terrible. Por supuesto, esa dolencia brota cuando ven que algunos lograron sus cometidos, y no necesariamente para el bien común.
Nuevas Ideas, por su parte, hizo de sus internas una fiesta cívica, en la que nuestro máximo líder, el presidente Nayib Bukele, se convirtió oficialmente en el candidato a la silla de gobierno. Un evento que no pasó inadvertido en el mundo, mucho menos para los escribientes pagados con la chequera de los financistas del bloque opositor.
La tiradera en sitios web y redes sociales lo dice todo. La cantidad de pseudo reportajes en contra del presidente Bukele en medios de prensa internacionales muestra que ya pusieron buena parte de la carne en el asador.
Esto lo que evidencia es el pavor a que la voluntad soberana del pueblo vuelva a imponerse, otorgándole a Nayib un segundo mandato; a su partido, la mayor cantidad de curules legislativas y alcaldías. Y es que no hay encuesta que diga lo contrario. Por eso su grito de guerra es «inconstitucional», queriendo desmeritar el poder de los salvadoreños en las urnas.
Pero, por más verborrea política que lancen aquellos que terminaron en el laberinto de la corrupción y que son objeto del repudio de país, será cada salvadoreño quien establecerá con su voto la continuidad del presidente Bukele, en el ejercicio democrático establecido.
No hay que perderse. También el pueblo quiere mantener la gobernabilidad que logró desde mayo de 2021 y no está dispuesto a regresar al pasado de los políticos que le negaron todo lo que le beneficiaba, mientras ellos, sus padrinos, familias y amigos, se llenaban las bolsas con dinero ajeno.
Es así que la pista de la carrera electoral está habilitada y el banderillazo de salida ha sido dado también para los carniceros de todo tipo, especialmente para los pseudoperiodistas y políticos de todos colores que saludan con el manto de la ética y la moralidad, pero que en sus venas solo corre perversidad y ambición.
Nayib es ya el candidato presidencial de Nuevas Ideas, quien, en compañía del vicepresidente, Félix Ulloa, se presentará a inscribir su candidatura en el TSE en el tiempo establecido, y así someterse al escrutinio salvadoreño en las elecciones de 2024, cumpliendo todos los requisitos legales que establece el Código Electoral y la Constitución.
De nuevo, será el pueblo salvadoreño el que lo reelija, pues es el único que puede hacerlo en procesos democráticos establecidos.
Por lo que, de las elecciones internas cian de ayer puedo afirmar que el único ganador seguirá siendo El Salvador, pues el líder que eligió en 2019 estará al frente de su destino otro período más, si Dios así lo permite.
Y el partido Nuevas Ideas continuará como la primera fuerza política del país, promoviendo y aprobando leyes que consoliden su compromiso con el bienestar de la población. Por lo que, me sumo a las felicitaciones de todos los que ahora son candidatos. ¡Enhorabuena!
Estoy seguro de que con Nayib y con Nuevas Ideas fuerte El Salvador tiene garantizado el desarrollo social y económico. ¿Por qué estoy seguro? Porque ya se logró lo que se creía imposible: derrotar las maras y pandillas, y así restaurar la seguridad y la paz que al pueblo salvadoreño le fueron arrebatadas por tres décadas.
La esquizofrenia tricolor y roja es porque saben que no pueden detener la voluntad del pueblo. Y por eso, ya han quitado las cadenas a sus perros de caza de todos los sectores para atacar al presidente y al proceso transparente y democrático de Nuevas Ideas.
Los «pitbulls» están sueltos…