El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que fue operado el viernes de la cadera, podría abandonar el hospital antes de lo previsto, este mismo domingo, según han anunciado sus médicos.
El equipo médico está «evaluando la posibilidad de un alta hoy mismo», según el último boletín médico del Hospital Sirio Libanés de Brasilia.
Lula, que cumple 78 años el 27 de octubre, «pasó la noche en condición estable (…), caminó y subió y bajó escaleras con la ayuda de fisioterapeutas».
El viernes, su médico personal, Roberto Kalil Filho, afirmó que la operación había transcurrido «sin contratiempos» y que debía abandonar el hospital «el lunes, o el martes a más tardar».
Al presidente izquierdista, que inició en enero su tercer mandato, se le colocó una prótesis total de cadera bajo anestesia general para aliviar los dolores que le aquejaban desde hacía más de un año.
Tras la colocación de la prótesis, los médicos «aprovecharon la buena respuesta de Lula a la anestesia» para realizar otra operación, una cirugía estética, para corregir los párpados caídos.
Aunque regrese antes de lo previsto a su residencia oficial en el Palacio de la Alvorada, el exsindicalista tendrá que permanecer confinado en Brasilia durante al menos cuatro semanas, una pausa obligada en su intensa agenda de viajes al extranjero.
No obstante, pretende «trabajar normalmente» durante su convalecencia.
Kalil Filho se mostró «confiado» en que su paciente se recupere a tiempo para asistir a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP-28), que se celebrará en Dubái a finales de noviembre.
«Me hubiera gustado operarme después de las elecciones (a finales de octubre de 2022), pero me dije que la gente pensaría: es viejo, acaba de ser elegido, ya está en el hospital», confesó Lula el martes durante su programa semanal «Conversación con el presidente», difundido en las redes sociales.