Cuando las múltiples emigraciones de salvadoreños comenzaron a hacerse más frecuentes en los años setenta —por la guerra civil en El Salvador y, en los últimos años, por la violencia entre pandillas— existía la meta de lograr el sueño americano. Sin embargo, desde que el presidente Bukele llegó al poder, comenzaron a generarse cambios profundos en nuestra sociedad, con políticas muy acertadas de control territorial que han logrado reducir la violencia de manera significativa y políticas económicas que han favorecido el incremento de la economía del país y un manejo muy eficiente de la pandemia, lo cual lo hace sobresalir mundialmente.
A esto le agregamos que el establecimiento del bitcóin como moneda de curso legal convierte a nuestro país en el «sueño salvadoreño» para muchos inversores en criptomonedas del mundo. Uno de los casos más representativos es el de Max Keiser, periodista e inversor de bitcóin, que ha visto en El Salvador la oportunidad de impulsar desde el país una plataforma de inversión de bitcoines para el mundo. Y el periodista y documentalista Alex Belov, quien se encuentra en el país llevando a cabo una serie filmográfica de todo este proceso de implementación del bitcóin, y el lanzamiento por parte del presidente Bukele de Bitcoin City con una amplia cobertura con conferencias, debates y entrevistas, lo que promueve a escala mundial lo que está sucediendo en El Salvador en este proceso de desarrollo financiero.
Sabemos muy bien que el dinero fiat está perdiendo valor debido a las políticas monetarias que se vieron forzadas a aplicar los sistemas financieros tradicionales por causa de la pandemia. Esto provoca que el bitcóin se convierta en la criptomoneda que ofrece mejores opciones de renta fija con bajo riesgo, lo cual permite superar la inflación.
Esta inflación, que está golpeando fuertemente los mercados financieros tradicionales, fue provocada por la cantidad de dinero inyectada en la economía mundial, lo cual generó una abundancia de oferta monetaria y, con ello, la devaluación de la moneda.
Expertos como Max Keiser proponen que el bitcóin como moneda legal provoca una verdadera revolución del dinero que cambia los mercados financieros, y esta postura es correcta porque todas las criptomonedas representan un proyecto tecnológico diferente que puede ofrecer mucho más valor si se sabe buscar y llevar una estrategia de inversión que haga un balance de los riesgos. Las criptomonedas son mucho más que una inversión, son una nueva manera de concebir el trabajo y el dinero. Cuando surgió el bitcóin en 2009, comenzó a hacerse popular el concepto de descentralización: quitar el poder a los grandes privilegiados que concentran los beneficios del sistema. El bitcóin no los excluye, pero los iguala, convierte a cada persona o entidad en un par dentro del sistema, nadie puede intervenirlo, nadie puede regularlo, nadie puede prohibirlo. Es una red descentralizada de productores y consumidores que pueden ocupar ambos papeles al mismo tiempo.