A escala mundial, la tecnología tiene un impacto positivo en la salud, no solo en la rapidez de los procesos, sino también en el bienestar del ser humano. El Salvador también está aprovechando las bondades de las tecnologías disruptivas en este sector al usar impresoras 3D y 5G, hacer consultas médicas por videollamadas y hasta realidad virtual.
«El uso de la tecnología es una oportunidad de negocio para la salud, porque es un sector al que aún le falta desarrollo e innovación», expresó Íngrid Benítez, directora de Comercialización de Vertex Studio, una empresa dedicada a desarrollar soluciones tecnológicas.
Los avances del país en este rubro incluyen un nuevo centro tecnológico llamado Medix Lab, un proyecto de realidad virtual para capacitar a estudiantes de la salud.
La primera fase del proyecto inició operaciones en agosto pasado, pero para junio de 2021 se prevé convertirlo en un laboratorio de realidad virtual con efectos visuales, sonoros y táctiles.
Una vez completado, se beneficiará a más de 3,000 alumnos, 200,000 usuarios en consultas del servicio médico y 1,000 recién nacidos. El costo total del proyecto Medix Lab alcanzó los $390,000, de los cuales $150,000 fueron otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mediante la Cooperación Técnica; $190,000, por el Instituto Especializado de Profesionales de la Salud (Ieproes), y $50,000, por Vertex Studio.
«Queremos desarrollar el primer laboratorio de realidad virtual, visores, sensores, donde los estudiantes puedan practicar todo lo que quieran, reduciendo la cantidad de errores cuando los lleven a la realidad», aseguró Xiomara Ventura, coordinadora de Relaciones Internacionales de Ieproes.
En la actualidad existen aplicaciones diseñadas para la práctica de la medicina soportada por dispositivos móviles, como teléfonos, computadoras, asistentes digitales y otros, que permiten ahorrar en el costo de los materiales para las prácticas.
Queremos desarrollar nuestro primer laboratorio de realidad virtual para que los estudiantes puedan practicar todo lo que ellos quieran, y se puedan equivocar, reduciendo la cantidad de errores cuando los lleven a la realidad».
Xiomara Ventura, Coordinadora de Relaciones Internacionales de Ieproes.