El muy esperado aguinaldo es para muchas personas como una especie de salvavidas; sin embargo, no para todos es así.
Existen algunos que incluso comienzan a presupuestar, o hasta gastar el dinero que todavía no ha llegado a sus manos, seducidos por las promociones típicas de estas fiestas.
El columnista Joan Lanzagorta, quien es «ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocios», realiza una reflexión sobre esta situación, y como muchos ven escapar considerables cantidades de dinero que prácticamente no existe en un presupuesto materialmente.
El primer y claro consejo que da Lanzagorta es: no gastarse el aguinaldo desde antes, siendo el primer habito que se debe cambiar, debido a que es dinero que todavía no se ha ganado.
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Además, recomienda que el aguinaldo debe ser un «ingreso extra», el cual pueda ayudar a las personas a conseguir cosas importantes o necesarias, como el bienestar y seguridad de la familia, o solidificar la situación financiera.
El columnista hace énfasis en que este también se puede convertir en un ahorro a largo plazo, aportando para una meta clara, como, por ejemplo, una costosa cirugía.
Otra recomendación es hacer un plan de gastos, contando solamente con el dinero que ya se tiene. Muchas veces puede ser difícil hacer esto. Sin embargo, se debe mentalizar el no presupuestar el dinero de la siguiente quincena.
«Un plan a largo plazo nos ayuda, por ejemplo, a determinar cuánto dinero necesitamos ahorrar cada mes para lograr una meta (por ejemplo, cuánto necesitamos para tener un retiro cómodo). Eso es importante. Ya que lo sabemos, la incorporamos a nuestro presupuesto mensual como una prioridad. Pero hacer un presupuesto significa asignar el dinero que tenemos en mano, según nuestras prioridades (y nuestras obligaciones)», escribe Lanzagorta.
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De igual forma, recomienda que, si se tienen deudas, lo mejor es salir de ellas, ya provechar el aguinaldo lo más pronto posible para disminuir, o eliminar si es posible, dichas deudas.
«Si no tenemos deudas de corto plazo y ya hemos construido un fondo para emergencias, pero contamos con un préstamo hipotecario, tal vez valdría la pena adelantar mensualidades. Eso nos ahorra un montón de intereses en el futuro», afirma el columnista.