Los históricos resultados registrados en la seguridad pública en El Salvador con el Gobierno del presidente Nayib Bukele refutan claramente las críticas que organizaciones y medios de comunicación internacionales, como el periódico The Guardian, hacen sin fundamento en contra del régimen de excepción y el Plan Control Territorial (PCT).
En su editorial del domingo anterior, el medio británico afirma que la «caída de la delincuencia es insostenible» en El Salvador, porque el Gobierno Central solo aplica la política de mano dura, que fue utilizada por gobiernos anteriores para combatir a las pandillas.
Pero lo cierto es que el trabajo en seguridad no solo está centrado en la represión del delito, sino también en la prevención, que se materializa en la fase II del PCT, que es Oportunidades, que ha dado paso a la construcción de Centros Urbanos de Bienestar y Oportunidades (Cubos) en las comunidades que tenían alta incidencia delincuencial.
En esos Cubos los jóvenes encuentran un espacio para la recreación y el sano esparcimiento, gracias a la práctica del deporte, espacios de lectura y talleres de música o pintura, desarrollados por la dirección de Reconstrucción del Tejido Social de la Presidencia de la República.
El medio de comunicación británico también planteó en su editorial que el Gobierno salvadoreño no logrará la «derrota de las pandillas», sin embargo, desde el 27 de marzo de 2022 -cuando inició la vigencia del régimen de excepción- las autoridades de seguridad pública ya reportan la captura de más de 71,000 pandilleros, y ayer se cumplieron 399 días sin homicidios.
Aparte de estos dos registros, también se ha informado del decomiso de armas de fuego, municiones, drogas, viviendas y vehículos que estaban en poder de las pandillas y habían sido adquiridos con financiamiento ilícito.
Según el analista político y sociólogo Mauricio Rodríguez, la diferencia entre las acciones de seguridad de los gobiernos anteriores con las actuales es que ahora no hay un trasfondo electoral.
«Los gobiernos de ARENA y FMLN utilizaron la seguridad como un tema puramente electorero, para manejar las masas, la mentalidad de las personas, para generar una sensación de que estaban trabajando por la seguridad del país», señaló.
A tono con los ataques de diversos sectores, The Guardian recomienda en su editorial que los gobiernos de la región no repliquen las políticas de seguridad de Bukele, porque aparte de ser insostenibles son atentatorias contra los derechos humanos.
No obstante, Rodríguez cree que «sí se pueden retomar elementos» de la política de seguridad salvadoreña, porque «el bukelismo es una tendencia internacional, en la que ya muchos países están tratando de tropicalizar las ideas relacionadas con las seguridad pública en El Salvador».
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