Con el propósito de expandir los negocios salvadoreños en Estados Unidos, un nuevo grupo de connacionales empresarios, junto al presidente del corredor salvadoreño en Los Ángeles, Óscar Domínguez, ya se reunió con las autoridades locales para hacer posible un nuevo espacio comercial en Brentwood, Long Island, Nueva York.
Todo apunta a que el área ideal para establecer el nuevo corredor se trazará en ocho cuadras sobre la calle principal Pine Aire Dr, desde el bulevar Pine Grove hasta la avenida Savoy, inicialmente con 20 negocios de agencias de viajes, de remesas, clínicas, lavanderías, restaurantes y compañías de construcción.
Esta es la tercera ciudad donde la comunidad pretende hacer presencia con lo mejor de la mano de obra, potenciar la economía y talento salvadoreño en Estados Unidos. Esta estrategia de los corredores también ha sido discutida en Virginia, Texas y otra localidad en Nueva York. Además de los ya establecidos corredores en Los Ángeles y Maryland.
El salvadoreño Dimas Escobar, propietario del restaurante especialista en mariscos ¡Qué Rica Comida! y uno de los líderes del proyecto, detalló que la apuesta del corredor en Brentwood contribuirá a que la comunidad se destaque y tenga más presencia con la política estadounidense, ya que están contribuyendo económicamente al país.
«La idea es seguir la ruta de los salvadoreños en las diferentes ciudades de Estados Unidos», destacó Escobar, quien emigró al país norteamericano en 1986 por temor del conflicto armado. Desde que llegó a Nueva York se dedicó al rubro de restaurantes y trabajó para dos italianos, pero fue hasta en 1989 que inició con sus propios locales de venta de mariscos y establecimientos de comida.
Desde hace un mes dialogaron con los legisladores Jorge Guadrón y el puertorriqueño Sam González. Ambos mostraron interés porque se haga realidad el corredor, según el empresario.
En una publicación de Facebook, el parlamentario Guadrón, quien es salvadoreño, compartió fotografías del encuentro y comentó: «Se discutió la creación de un corredor salvadoreño donde se llevaría a cabo actividad comercial, artes y eventos culturales para generar ingresos y preservar el patrimonio cultural». «El punto más importante es que las comunidades salvadoreñas tengan una zona de desarrollo para darle un sentido de pertenencia cultural. Que los que viven ahí compren y adquieran los servicios», manifestó el presidente del corredor en Los Ángeles.