Posaron sobre la arena humeante dos gladiadores: Chirilagua-San Marcelino. De ellos se esperaba una batalla campal y no quedaron a deber. Sonó el pitazo inicial y arrancó la puja sin tregua por una pelota que al final acabó cortejada con los migueleños: ganaron 5-1.
Inicialmente, intercambiaron impresiones para dejar en evidencia su poderío físico y luego vinieron los goles. Óscar Cruz descorchó el festejo para los migueleños, pero enseguida José Cartagena decretó el 1-1 para los de San Marcelino. Avanzado el cotejo fue Eliodoro Portillo bajo los tres palos y Óscar Cruz como guardia pretoriano, los que comenzaron a mover los cordeles de Chirilagua y el ritmo de todo el encuentro.
Fue precisamente Cruz quien convirtió su doble, logró cartones de 2-1 e invitó a Juan Lovos al festejo con el 3-1 que valió para irse a la primera pausa. En el segundo episodio, pese a que no se tradujo en goles, el dominio de los de Chirilagua fue manifestó. Melvin Segovia incluso se dio el lujo de fallar un penalti, pero revindicó después de un pincelazo de fútbol en conjunto.
Óscar Cruz le puso un bombón y Melvin se adornó para mandar la pelota al fondo de la red y convertir el 4-1. Marcador que les permitió refrescarse en el segundo descanso y encarar confiados la parte final. La jugada que endulzó las retinas salió de los guantes de Leo Portillo, llegó a los pies descalzos de Óscar Cruz y este sirvió en globito a Segovia que definió con un toque suave, pero sutil para dejar como estatua al meta Wilbert Navarrete.
En la bajada del telón San Marcelino bajó los brazos físicamente, y únicamente se limitó a disparar de larga distancia y mantener un cerco defensivo para evitar que los migueleños les perforaran aún más el orgullo. Chirilagua, más entero les apedreó la casa, pero no estuvieron muy acertados frente al marco, Ronal Merino con un remate colocado hizo el 5-1 y después Segovia tuvo para la media docena desde el penalti, pero sacó la pelota del estadio. Igual para entonces su equipo ya había visado su pasaporte.
Barra de margarina
La Barra de Santiago también se atragantó ante Isla de Méndez, el líder del grupo A, sudó helado ante los costeños de Usulután que yendo de menos a más pusieron contra las cuerdas a los occidentales y les sacaron el boleto a semifinales del bolsillo.
Josimar Martínez abrió el marcador para la Barra y apenas ese tanto les permitió irse en ventaja al descanso. A la vuelta a las acciones José Chévez emparejó la cuenta 1-1, Josimar volvió a poner arriaba 2-1 a los ahuachapanecos, pero en seguida Carino Chávez convirtió el 2-2 y ya sobre el cierre, de penalti, Herbert Faguada hizo el 2-3 favorable a Isla de Méndez. La baja del telón se jugó con dientes apretados, la Barra jugó contra el reloj y contra un Isla de Méndez que se multiplicada para cerrar espacios y que amenazaba con aniquilar en cada balón que tenía en ofensiva.
El penal de Faguaba que significó la victoria para Isla de Méndez:
Al verse abajo y con el cronómetro que volada, el representativo de La Barra cayó en ansiedad y a la hora de jalar el gatillo se estrellaron con los guantes de José Membreño. Al final se hundieron en la arena y terminaron perdiendo el partido 2-3 y también el pase a las semifinales.