Estamos a unas pocas horas de iniciar las fiestas del fin de 2021, y creo que vale la pena volver la vista atrás para hablar de todo lo bueno que nos dejó este año.
Primero, considero conveniente darle las gracias a Dios por todo lo vivido y por todo lo recibido. Sabemos que no todo ha sido color de rosa, pero Dios sabe por dónde nos lleva y nunca debemos perder eso de vista.
A pesar de la pandemia, que aún vivimos, hemos tratado de volver a la normalidad en lo que al deporte se refiere. En una de las
últimas actividades de este año, certificamos a casi un centenar de monitores que quedan aptos para dirigir las academias sociodeportivas que, bajo la bandera del Programa LaLiga, Valores y Oportunidad, seguimos abriendo a lo largo y ancho del país.
En 2022, esperamos tener trabajando a 130 escuelas de fútbol, es decir, la mitad del total de municipios salvadoreños. Unos días antes, entregamos reconocimientos a los medallistas de los I Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle 2021. En ese evento participamos con 66 atletas, cuyas respectivas federaciones deportivas contaron con el apoyo del Indes para pagar entrenadores, preparar y participar en los clasificatorios del evento. Al final logramos tres platas y cinco bronces, que nos ubican en el lugar 20 a escala general
y terceros en Centroamérica.
Estamos convencidos de que esta generación de atletas nos dará muchas alegrías en un futuro inmediato, como las que nos han
dado nuestros atletas y paratletas de élite, por ejemplo.
El 2021 nos dejó con la primera medalla paralímpica en la historia de nuestro deporte, gracias al bronce que ganó Hérbert Aceituno en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Hérbert también se convirtió en subcampeón del mundo en la categoría hasta 59 kilos del parapowerlifting en Tiflis, Georgia. Por su parte, Yuri Rodríguez se convirtió en campeón del mundo en la categoría games classic bodybuilding más 175 cm, en Santa Susanna, Barcelona.
No podemos dejar de mencionar lo hecho por Marcelo Arévalo, junto con la mexicana Giulana Olmos, al quedarse con el segundo lugar en dobles mixtos del US Open, uno de los cuatro torneos Grand Slam del tenis mundial.
Mariana Salazar y Jorge Merino, mientras tanto, se convirtieron en campeones panamericanos en downhill y karate, respectivamente. Roberto Hernández y Sofía Paiz lograron la clasificación a los Juegos Mundiales en tiro con arco. A ellos sumamos a los cinco salvadoreños que estuvieron en los Olímpicos (Celina Márquez, Marcelo Acosta, Enrique Arathoon, José Mijangos y Argentina Solórzano), quienes también contaron con el respaldo de Indes en sus respectivos procesos de preparación y clasificación.
El listado se me quedaría corto y corro el riesgo de dejar a alguien afuera porque hay más atletas que brillaron a escala regional.
Pero ¿a dónde quiero llegar? Que 2021 nos ha permitido comenzar a recoger la cosecha de lo sembrado, solo era cuestión de voluntad, atinar y apoyar a quienes pedían una oportunidad y, por supuesto, de una buena organización para ver los frutos. Ambos elementos los
hemos puesto en práctica en proyectos como el de la Liga de Fútbol Playa, cuya primera edición con el nombre de Copa CEL, desarrollamos con mucho éxito. Ese mismo éxito en organización también podemos incluirlo en la voluntad de apoyar a nuestros seleccionados de fútbol playa con un incentivo económico mes tras mes, que les permitió enfocarse en su preparación rumbo al premundial de la Concacaf, del cual quedaron campeones, y también a la clasificación al Mundial de Rusia.
No puedo dejar fuera de esta columna lo hecho en el deporte inclusivo, gracias al apoyo de Coaspae de R. L., que nos ha permitido trabajar con el Programa de Academias Deportivas Inclusivas para llegar a siete departamentos y ofrecer jornadas y festivales recreodeportivos a las personas con discapacidad.
Sabemos que 2022 estará lleno de muchas actividades y de enormes retos, ya estamos listos para eso. Pero, mientras
tanto, queremos desearles una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo. Recarguemos energías para que sigamos #ConstruyendoElCamino.